El equipo de Alonso ficha al diseñador estrella de la Fórmula 1
Adrian Newey está tan cotizado o más que cualquier piloto de primera línea. Su caché en torno a los 25 millones anuales le otorga un halo de Rey Midas que convierte en oro lo que toca. El ingeniero aeronáutico llevó al éxito a los tres equipos en los que ha trabajado desde tiempo inmemorial (Williams, McLaren y, sobre todo, Red Bull).
El ingeniero ha conquistado 13 títulos mundiales de pilotos (los últimos tres con Max Verstappen) y 12 campeonatos de constructores, lo que indica su nivel de influencia en los monoplazas que diseña.
Newey además ofrece una particularidad en este mundo de la Fórmula 1 tan sofisticado tecnológicamente y próximo a la inteligencia artificial. Él siempre imagina sus coches con un lápiz y una libreta tamaño A4.
Acompañado siempre con esos folios y ese lapicero donde plasma sus ideas e imagina la velocidad de los coches, ha sido considerado por muchos protagonistas del Fórmula 1 como el Leonardo da Vinci de la aerodinámica. Es el hermano del viento, la persona más creativa de este deporte a la hora de imaginar por donde fluye el aire en los bólidos y conseguir que éstos tomen la mayor velocidad en los circuitos.
Según los medios ingleses, Newey visitó la nueva fábrica que Aston Martin ha construido en el circuito de Silverstone (Inglaterra) para conocer de qué medios dispondrá y cuando estará listo el túnel del viento donde deberá probar sus ingenios aerodinámicos.
Newey decidió el pasado febrero abandonar la estructura de Red Bull, el equipo que ha sido campeón los tres últimos años pero que está inmerso en una guerra civil entre la dirección (Chris Horner) y el clan Verstappen (padre, hijo y Helmut Marko.