La CNMC critica que Ribera fije por ley la estructura del superregulador de energía y pide más libertad interna
Parecía imposible, pero la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha logrado contentar a todo el espectro del sector energético con su proyecto para dividir la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y resucitar el regulador sectorial que fue fagocitado en 2013. A juzgar por el informe que el organismo que preside Cani Fernández ha publicado hoy sobre el anteproyecto de ley del nuevo supervisor, hasta la número uno de la Comisión ha enterrado el hacha de guerra contra una división que no era, precisamente, santo de su devoción. Eso sí, desde la CNMC han criticado que el ministerio haya fijado por ley la estructura de la futura Comisión Nacional de Energía (CNE).
En la práctica, el anteproyecto de Ribera para la CNE no modifica sustancialmente ninguna de las competencias que ya ejerce la CNMC, aunque sí su estructura. Y es ahí donde desde la CNMC han enfatizado la crítica. "La fijación de una estructura detallada en una norma con rango de ley supone una congelación de esta que impide la evolución y adaptación de la misma a un contexto de mercados energéticos muy dinámico y cambiante", reza el informe.
A renglón seguido, el supervisor enfatiza que el texto del ministerio tampoco habilita "mecanismos que permitan su modificación por normas de inferior rango". En definitiva, supone un corsé regulatorio para que una autoridad independiente pueda reorganizarse internamente como considere oportuno.
El Pleno de la CNMC, por ello, exige al Gobierno imitar en el futuro superregulador energético el modelo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En la norma fundacional de la institución que preside Rodrigo Buenaventura se establece que sea el propio Consejo del supervisor bursátil, el que determine la estructura orgánica de la CNMV, sin contemplar una estructura inicial.
El informe de la CNMC se ha hecho eco de la histórica cruzada del Supervisor Mayor del Reino por su falta de recursos. Aunque reconocen que el anteproyecto de la CNE mejora, en parte, este aspecto, inciden en que no se resuelve el problema, dado que el texto del ministerio prácticamente "replica el modelo de la CNMC". Exigen, por tanto, aumentar la autonomía financiera y presupuestaria del futuro regulador y piden que la Comisión de Energía pueda participar, de la mano del Ejecutivo, a los procesos regulatorios que tengan por objeto la atribución de nuevas funciones.