La avalancha de cocaína por la costa española desborda a los jueces y policías>
Esta semana, en una nave industrial de Cambre (La Coruña), agentes de la Udyco de la Policía Nacional y del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) incautaron casi 8 toneladas de cocaína que habían entrado por el puerto de Vigo camufladas en contenedores de atún. Es uno de los alijos más grandes de la historia de Galicia –que es mucho decir– y representa, más o menos, la mitad de la cocaína incautada en esta región en lo que va de año. Pero el goteo –o más bien el chorro– es constante. El sábado, la Policía informaba de la intervención de una tonelada de esta sustancia, «de la más alta pureza», en un chalé de Tenerife, y de otras 2,5 toneladas en una lancha interceptada al oeste de Canarias. Y a finales de agosto, se desbarató en puerto de Algeciras una partida de 9,5 toneladas de cocaína, un cargamento sin precedentes hasta la fecha en España.
La Península Ibérica es tradicionalmente una de las mayores puertas de entrada a Europa de cocaína sudamericana, pero la avalancha actual tiene también una explicación global. «Es un fenómeno a nivel mundial, hay un excedente de producción en origen y le están dando salida. Su precio ha caído en picado y eso desemboca en una oferta brutal», explica a ABC Fernando Iglesias, el máximo responsable del Servicio de Vigilancia Aduanera en Galicia. «Los precios de la cocaína se han devaluado casi a la mitad respecto a hace solo unos poco años, y eso es un indicador clarísimo de la abundancia actual de esta droga«, añade a este diario el gerente de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico, Fernando Alonso. Si hace dos décadas el kilo de cocaína colombiana en Galicia llegaba a 30.000 euros, ahora, según calculan fuentes policiales consultadas, su precio ronda los 16.000 ó 17.000 euros.
Narcos más sofisticados
Cada vez entra más cocaína, pero además llega a través de una variedad de métodos nunca vistos. En lo que se refiere a Galicia, este último año, los narcotraficantes parecen haberse inclinado sobre todo por transportarla en pesqueros o camuflarla en contenedores que llegan a puerto. En agosto, por ejemplo, la Policía y el Servicio de Vigilancia Aduanera sorprendieron al 'Nuevo Furuno', un barco con permiso para la pesca de palangre en el Cantábrico, con 1.200 kilos de cocaína. A través de los puertos, esencialmente el de Vigo, llegaron también en contenedores varias partidas de esta sustancia, más allá de las 8 toneladas mencionadas de esta última semana.
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Ha sido este año también cuando se ha encontrado a la deriva el segundo gran 'narcosubmarino' trasatlántico de cocaína del que se tiene constancia en Galicia. Pero si en el caso del primero, localizado en la ría de Aldán en 2019, las Fuerzas de Seguridad consiguieron rescatar 3.000 kilos de esta sustancia, en el segundo, que una mañana de marzo asomó en la ría de Arousa, no quedaba ya rastro alguno de la droga. Los investigadores sospechan que transportaba unos 4.000 kilos de cocaína que los traficantes lograron colocar en destino.
«Es un fenómeno a nivel mundial, hay un excedente de producción y le están dando salida, su precio ha caído en picado»
Fernando Iglesias
Jefe de Vigilancia Aduanera en Galicia
Contenedores, pesqueros y 'narcosubmarinos' –en realidad claustrofóbicos semisumergibles–, pero los traficantes tampoco se olvidan de las 'narcolanchas'. También en Galicia se desmantelaron en 2023 dos astilleros clandestinos que fabricaban estas embarcaciones; lanchas para organizaciones autóctonas dedicadas a importar cocaína sudamericana, que recogen en alta mar de otros barcos para introducir por la costa gallega y portuguesa, aunque también otros modelos de 'narcolanchas' exportadas a Andalucía para traficar con hachís.
Producción en España
Pero más allá de las diferentes artes de importación, se está dando otro salto cualitativo que preocupa mucho a los investigadores. El asentamiento en España de mafias internacionales ya no para introducir cocaína, sino para fabricarla. En abril, y también en Galicia, la Policía intervino en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra) el mayor laboratorio de cocaína localizado hasta la fecha en Europa. Ninguno de los detenidos de esa banda, de firma colombiana, tenía lazos con narcos gallegos. Aunque Galicia siga siendo principal puerta de entrada de cocaína, no todas las organizaciones que operan en ella son autóctonas. En ese último alijo de 8 toneladas de Cambre, por ejemplo, la Policía apunta a albaneses, con los que pudieron haber colaborado gallegos como intermediarios. «Claro que hay organizaciones en Galicia, pero hay un 'modus operandi' global, itinerantes, que van buscando puertos. Hoy prueban Vigo, mañana Málaga y pasado Algeciras«, explica el coordinador de Aduanas en Galicia.

Ya sea de importación o producción autóctona, con firma gallega, española o internacional, el tráfico de cocaína desborda a los cuerpos policiales y, tal y como detalló ABC en su momento, colapsa los juzgados más pequeños. «No sé qué más tiene que pasar para que sea un tema prioritario en la agenda política», lamenta el gerente de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico. «Es un problema de salud y de seguridad para todos, hay que reaccionar», alerta Fernando Alonso.