Yo, con Díaz, que está muy sola
Una de dos, o todo lo que nos ha dicho a lo largo de estas semanas la vicepresidenta segunda en relación con el nivel de los salarios es una milonga y entonces tiene razón la vicepresidenta primera cuando se empeña en evitar la pérdida de un volumen de recaudación tan elevado, o todo es cierto y entonces la voracidad recaudatoria y el ansia confiscatoria de la vicepresidenta primera es un abuso intolerable y un atropello a los más débiles.
Yo, aquí, estoy con mi querida vicepresidenta segunda. Los salarios mínimos son eso, mínimos, así que la contribución a la Hacienda de todos debería ser también mínima o, mejor, nula. Decir que se suben 50 euros los salarios mínimos, para quedar bien ante los ciudadanos y permitir a la vez que Hacienda muerda y se quede con la mitad de la subida es una jugada de trilero. Actividad en la que el Gobierno es un auténtico experto, después de tanto entrenamiento.
Espere, porque esto puede ser aún más divertido. Nadie duda de que la reciente victoria de la señora Díaz, en la reducción de la jornada va a quedar descafeinada tras su paso por el Congreso y la lija de Junts. Pero aquí se podrían cambiar las tornas. ¿Y si la señora Díaz lleva su propuesta íntegra al Congreso y la salva, gracias a los votos de todos los demás?