Los pediatras proponen regular el consumo de bebidas energéticas y recetar ejercicio físico a niños y adolescentes>

Además, el 68% de los adolescentes europeos de 10 a 18 años las consume, según el informe de 2013 de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés).

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un 76% el sedentarismo en esta franja de edad, a lo que se añade que los adolescentes son también los mayores consumidores de bebidas estimulantes, «mal llamadas energéticas», según la AEP.

El informe Estudes evidencia que existen factores protectores frente al consumo de este tipo de bebidas. «Se ha observado que la lectura de libros o tener algún entretenimiento como, tocar un instrumento musical, se asocian con un menor consumo de estas bebidas estimulantes», ha explicado la doctora Rosaura Leis, coordinadora del Grupo de Nutrición y Lactancia Materna de la AEP.

Las consecuencias para la salud de este exceso de cafeína en el organismo, especialmente en la población infanto-juvenil, son todas «deletéreas», según los expertos. «Afecta negativamente a la microbiota intestinal, fomenta las alteraciones del sueño y la excitabilidad, puede causar caries, náuseas, vómitos y problemas en el sistema cardiovascular como arritmias, taquicardias o hipertensión arterial».

Exceos de cafeína

Añadieron que «el consumo de estas bebidas con elevado dulzor favorece la preferencia alimentaria por este sabor y hace que nuestras elecciones alimentarias se desplacen hacia el deseo de consumir más azúcar».

Además, los niños como las familias «tienen poca información» sobre lo que supone consumir este tipo de bebidas estimulantes, ha destacado Leis. «La mayoría supera los 32 miligramos de cafeína por cada 100, eso son 80 miligramos por lata, la cafeína equivalente a tomarse dos cafés de golpe, algo que no daríamos nunca a un niño», dijo la doctora.

En cuanto al sedentarismo, debería reducirse un 15% para 2030 pero, al menos en los adolescentes, no parece muy probable que vaya a lograrse, según la AEP. «Deberían practicar ejercicio moderado o vigoroso durante 60 minutos al día y la media está por debajo de los 20 minutos», ha concluido la asociación.