«Tú a Canadá y yo a China»: el Príncipe Harry contraprograma el viaje oficial del Rey Carlos
El morbo estaba servido. El Rey Carlos III aterrizaba en Canadá para una visita de Estado y muchos se preguntaban si el Príncipe Harry encontraría tiempo para viajar desde su hogar en la californiana Montecito y ver un rato a su padre. Pero el duque de Sussex ha eliminado de un plumazo cualquier especulación al 'inventarse' un viaje relámpago a China para hablar del turismo y el cambio climático. Simplemente sublime.
El hecho: el Príncipe Harry realizó una visita sorpresa a Shanghái al mismo tiempo que el rey Carlos aterrizaba en Canadá para una visita de gran calado institucional. El duque de Sussex organizó a la carrera un viaje a China que no se había anunciado -y eso que a los Sussex les gusta adelantar a sus fans cada una de sus actividades- para asistir a una conferencia de turismo, donde abogó por los viajes sostenibles.
En su primera visita al país, el Príncipe Harry habló para cumplir con su rol como cofundador de Travalyst, una organización que promueve formas de viaje respetuosas con el medioambiente. Y ahora se recuerda cómo su (odiado) hermano mayor, el Príncipe Guillermo, realizó un viaje diplomático similar a China hace diez años en lo que fue la primera visita real oficial en 30 años.
Visita histórica de Carlos III
Mientras todo esto sucedía por Shangái, en otra parte del mundo se producía el aterrizaje de Carlos III en Norteamérica. El padre de Harry, con quien está manifiestamente distanciado, comenzaba su visita oficial a Canadá con su esposa, la Reina Camila, para asistir a la Inauguración de Estado en el Parlamento en Ottawa. La primera vez para el monarca y la primera para su país desde que lo hiciera su madre, la Reina Isabel, en 1977.
Carlos y Camila fueron recibidos con gritos de «¡bienvenidos a casa!» al descender del avión procedente del Reino Unido dentro de un viaje de dos días a Canadá que ha sido calificado como «trascendental» debido a su audaz muestra de solidaridad con un país que asiste atónito a los cambiantes y amenazantes discursos y desafíos de Donald Trump por la soberanía. Antes del viaje, se informó que Carlos estaba «preocupado» por la creciente fricción entre Canadá y Estados Unidos. Una visita de enorme calado.
El nuevo dardo de Harry a su padre
Por su parte, el Príncipe Harry organizó en tiempo exprés su primera visita a China para pronunciar un improvisado discurso en el marco de la Conferencia Global de Socios Envision 2025, donde instó a la industria turística a redoblar sus esfuerzos para alcanzar sus objetivos de cambio climático antes de que finalice la década.
Al abordar el tema en la conferencia, el Príncipe afirmó: «El cambio climático no es solo un desafío ambiental, sino una emergencia empresarial crítica, que le cuesta a la economía mundial 143.000 millones de dólares anuales. Y, por supuesto, no faltó su dardo habitual a la Familia Real británica. A su familia.
«Sin duda, los desafíos aumentarán, pero si algo he aprendido en mi vida es que los cambios significativos nunca son fáciles de lograr. La verdadera medida de nuestro compromiso reside en cómo respondemos cuando el camino se vuelve difícil. Nunca debemos rendirnos», dijo en su discurso.
Y este fue un día en la vida de Harry y Carlos. El padre emprendía una larga y trascendente visita de Estado mientras su hijo parecía tener prisa por marcharse lo más lejos posible. Por ejemplo, a China. Por si alguien lo dudaba, no habrá reencuentro en América. Al menos, no de momento.
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