'Ponte en mi lugar 2': El regreso de Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis con más cambios (y risas) que nunca
Han pasado 20 años desde que Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis intercambiaron cuerpos por primera vez en 'Ponte en mi lugar', la comedia familiar que definió a una generación a ritmo de rock adolescente y peleas entre madre e hija. Dos décadas después y en pleno auge de segundas partes, Disney vuelve a darle la vuelta, literalmente, a esa historia con una secuela que no solo juega con la nostalgia, sino que la exprime con más risas que nunca. 'Ponte en mi lugar 2' llega a los cines este viernes, y sí: otra vez hay cuerpos cambiados, discusiones intergeneracionales, donde también hay una boda, pero esta vez dos familias… y una abuela con más sabiduría que filtro.
La trama de 'Ponte en mi lugar 2' se sitúa en el presente, habiendo pasado, como en la actualidad, 20 años desde aquel intercambio estrambótico. Anna (Lohan), ya adulta, está a punto de casarse, y su madre Tess (Jamie Lee Curtis), convertida ahora en suegra diplomática y algo sobrepasada por la situación, se prepara para uno de los días más importantes de su hija. Pero, como era de esperar, nada sale como estaba planeado. Un nuevo hechizo -aunque se desconoce si es culpa de una galleta mágica o de la intensidad emocional acumulada- vuelve a intercambiar sus cuerpos justo en los días previos a la boda. El giro: esta vez no son las únicas afectadas. Dos miembros más de la familia se unen: Julia Butters como Harper, hija de Anna, y Sophia Hammons, la hija de su prometido, terminan albergando el alma de una abuela experta en terapia familiar... pero totalmente inexperta en lidiar con la boda de su hija.
Lindsay Lohan, que regresa con la misma chispa que la convirtió en ícono de los 2000, interpreta a una Anna dividida entre California, su tierra natal, y Londres, ciudad donde puede que termine viviendo tras su boda. La joven actriz que protagonizó precisamente 'Tú a Londres y yo a California', aquella película noventera que la catapultó al estrellato pese a su joven edad, vuelve a verse entre estas dos ciudades. Además con el mismo nombre. La nueva Anna no solo lucha por recuperar su cuerpo, sino también por decidir a qué lugar pertenece y con qué parte de su pasado quiere reconciliarse antes de empezar su nueva vida. Por su parte, Jamie Lee Curtis se luce al ser abducida por un alma adolescente que se encierra en su cuerpo adulto y vuelve a ofrecer momentos memorables: intentar comunicarse por TikTok, dar 'tips' para ligar sin experiencia o ponerse bótox para verse mejor en las fotos.
Una nostalgia bien cocinada
La película, además, entrega lo que muchos fans querían ver. 'Ponte en mi lugar 2' no solo trae de vuelta a sus protagonistas originales, sino también a algunos míticos rostros de la cinta, aunque con unos años más encima. Chad Michael Murray, el eterno Jake, el chico rubio de sonrisa ladeada del que Anna se enamoraba en la primera parte, regresa con un cameo breve pero a carcajadas, suficiente para despertar suspiros y cerrar un ciclo emocional. Y por si fuera poco, también vuelve el inolvidable profesor Bates, interpretado otra vez por Stephen Tobolowsky, que sigue castigando a los alumnos con su inflexible sentido del orden, demostrando que hay cosas que ni el paso del tiempo (ni los hechizos) pueden cambiar.
Si en la original de 2003 Tess y Anna eran como el perro y el gato, una madre rígida, adicta al trabajo, frente a una hija adolescente con aires de banda de garaje, en 'Ponte en mi lugar 2' la dinámica cambia radicalmente. Ahora son aliadas, cómplices casi telepáticas, unidas no solo por el vínculo de sangre, sino por la voluntad de proteger a su familia en pleno caos prenupcial. Lejos quedaron las discusiones a gritos por pendientes, deberes y conciertos en mitad de la semana escolar; ahora el conflicto no es entre ellas, sino con el mundo que se les desmorona alrededor… y los cuerpos ajenos que vuelven a interferir.
Otro de los grandes contrastes es el propio arco de Anna. Lindsay Lohan, que en la primera entrega interpretaba a una adolescente rebelde, vuelve ahora como una mujer hecha y derecha: madre, prometida y protagonista de su propia historia. Y no solo en la ficción. Eso sí, algunas cosas nunca cambian: el espíritu rockero de la primera cinta sigue muy presente, con un nuevo arreglo de aquel inolvidable 'Take Me Away' que ahora resuena como himno nostálgico para las madres millennials que crecieron con la versión original. Las motos también vuelven a rugir, símbolo de la rebeldía de Anna, y ahora de su hija.
Aunque lo que diferencia a esta secuela no es solo su elenco ampliado, sino también el tono: más coral, más generacional y más emocional. Lee Curtis ha pasado de ser una madre en apuros a ser una abuela que trata de poner paz entre su hija y su nieta, así como tratar de mostrar su comprensión a la hija de su futuro yerno. Esa triple capa generacional convierte a 'Ponte en mi lugar 2' en un pequeño homenaje a las madres que un día fueron hijas y vieron la película original. Donde la original se centraba en una dinámica madre-hija sencilla pero mortal, esta secuela abraza el caos. Hay más personajes, más cambios de cuerpo, más frentes abiertos. Aunque humor no falta al ver a Lohan intentar ligar con Jake mientras el alma joven de Lee Curtis le da unos 'tips' para hacerlo, tampoco falta la emoción y los temas más serios, como el hecho de tener que enfrentarse a una gran mudanza y decir adiós a la familia, o tener que superar la muerte de un ser querido.
'Ponte en mi lugar 2' es una secuela, pero también es una carta a aquellas niñas que hace veinte años rieron viendo a una madre y una hija aprender a entenderse cambiando de cuerpo. Puede que muchas de ellas, que ya se han convertido en mujeres adultas, y en madres incluso, encuentren en esta nueva entrega un espejo generacional. Y es que esta historia no va solo de hechizos, ni de bodas, ni de enredos familiares: va de entender al otro, de ponerse, literalmente, en su lugar. Ya sea con magia o sin ella.
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