El melón y la sandía mejoran su producción en Córdoba gracias a las lluvias
La provincia se sitúa en la mitad de la tabla andaluza, lejos todavía de provincias como Almería o Granada
—¿Cómo ha finalizado la campaña?
—Se ha cerrado con una calidad media-buena, pero en lo que se refiere a las producciones, estas han sido mucho más cortas que otros años. Calculo que la cosecha se ha podido reducir en torno a un 30 por ciento, aunque hay explotaciones que han tenido mermas de hasta el 50 por ciento. Esto ha ocurrido porque las cuantiosas lluvias de primavera, que han ayudado a mejorar el estado de los embalses, han originado que aparezcan más enfermedades y plagas en los cultivos hortícolas, como es el caso del ajo, y que no hayamos podido entrar en las explotaciones para aplicar los tratamientos necesarios.
—Además, la superficie sembrada también se ha reducido. ¿Por qué?
—La superficie puede haber bajado este año un 20 por ciento respecto al año pasado, lo que también ha provocado producciones más cortas. Hay que tener que en cuenta que la siembra lleva a cabo en otoño y en ese momento había mucha incertidumbre en cuanto a las reservas de agua con las que se iba a contar. Esto ha causado que algunos productores no hayan querido arriesgarse y han buscado otras provincias o regiones con más seguridad de agua. Esta tendencia a la baja lleva ocurriendo desde hace algunos años.
—¿El hecho de que este año la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir haya aprobado más dotaciones para el riego cambiará la situación de cara a la próxima campaña?
—Yo no me atrevería a asegurarlo porque hay un gran enfado en muchos productores por la baja cosecha y las pérdidas económicas que han sufrido este año. No obstante, espero que la superficie, al menos, se mantenga en los mismos niveles que este año.
—¿Cuál está siendo el comportamiento de los precios?
—Los precios han bajado debido al menor calibre del ajo que se ha recolectado. Este año se ha pagado de media el kilo a 0,40 euros y en 2024 llegamos a los 0,70 euros.
—¿Están encontrando dificultades para contratar mano de obra?
—La mayor necesidad de mano de obra en nuestro caso se produce en las cortas de la raíz del ajo, un proceso que se tiene realizar de forma manual, En lo que se refiere a la siembra y la recolección, las labores están muy mecanizadas. En los almacenes también precisamos de muchos trabajadores durante los 40 días en los que se prepara el cultivo para su venta, pero nos encontramos con que cada vez hay menos gente. A esto se suma el grave problema de falta de relevo generacional. En esta zona hay familias con una gran tradición ajera y ahora se encuentran con muchas dificultades para encontrar personas para continuar con la actividad.
—El sector ajero cordobés exporta el 90 por ciento de su producción cada año. ¿Cómo afectan los aranceles del 30 por ciento anunciados por Donald Trump?
—Nos preocupamos, y mucho, porque si se confirman los aranceles del 30 por ciento que se han anunciado, nuestros precios allí tendrían que subir lo mismo. El gran perjudicado será el consumidor norteamericano y los beneficiados serán los productores de California, pero Estados Unidos es deficitario de este producto, lo que origina que se haya convertido en nuestro mayor importador, un puesto que antes ocupaba Brasil. Con esta medida hay mucha incertidumbre.
—¿Cuáles son las últimas novedades que han sacado al mercado?
—Siempre estamos ensayando con nuevos productos. Hemos empezado a comerciar mandarina y limón negro. También estamos trabajando con la pasta de ajo negro y ajo negro en polvo. ya sea para hacer cápsulas o para su comercialización.
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