El Atlético no desafina en Salzburgo y se gana una ronda de descanso
Lo que se antojaba un camino pedregoso, con dos derrotas en las primeras tres jornadas, termina convertido en un triunfal sendero hacia la siguiente ronda gracias a sus cinco victorias consecutivas. Dos ejercicios heroicos en París y ante el Leverkusen, además de los triunfos esperados, confirman al Atlético como uno de los ocho mejores equipos de la competición. Hasta la fecha, eso sí, porque ahora empieza lo realmente importante. Y más tras conocer sus posibles rivales en octavos: Real Madrid, Bayern, Manchester City o Celtic.
En una jornada idónea para desempolvar las calculadoras por toda Europa, las cuentas del Atlético son claras. Una victoria clasifica a los rojiblancos a los octavos. Y así se toman el encuentro desde el inicio los de Simeone, que suple a las bajas Galán y Barrios con Azpilicueta y Koke, además de mantener en el banquillo a Giménez y darle la oportunidad a Llorente y Lino.
Apenas unos segundos tarda el Atlético en disponer de la primera ocasión, una carrera malograda por Lino y concluida con un disparo nefasto de De Paul. Pero la insistencia del conjunto colchonero tarda menos de cinco minutos en obtener premio. El argentino busca la posición de Lino y el despeje de Baidoo es recogido por Julián, con tiempo y espacio para encontrar a Giuliano. El hijo del míster, que tiene en la faceta goleadora uno de sus márgenes de mejora, anota su segundo tanto de la temporada.
Siguen a la carga los rojiblancos, instalados permanentemente en campo rival. De Paul halla la profundidad de Llorente y este quiere regalarle el gol a Lino, que no llega por centímetros. Solo los errores propios pueden lastrar a un Atlético muy superior. El endeble disparo de Daghim salva a Koke de ver cómo su pérdida temeraria termina en el empate. Los austríacos, emocionados con la posibilidad del tanto, se olvidan de regresar y el Atlético no perdona. De Paul lanza a Giuliano, que se deshace de Terzic con pelea y de Schlager con habilidad, para cederle el segundo a Griezmann.
Se sienten inmensamente dominantes los rojiblancos y entienden suficiente su botín, por lo que aplican el modo ahorro de energía. Se repliegan y ceden la iniciativa al Salzburgo, cuyo ínfimo nivel le impide inquietar siquiera a Oblak. Pasan los minutos y el Atlético aguarda que se le abra una mínima oportunidad para sentenciar el partido. Una opción que, tras descansar durante buena parte de la primera mitad, llega en su descuento. De Paul, cuyas piernas mejoran cada balón que pasa por ella, habilita a Lino, que filtra un gran balón para que Griezmann anote su doblete.
Tras el entretiempo, no cambia la tónica del encuentro. El Atlético deja hacer con la posesión al Salzburgo hasta que llega a las mediaciones de su área, donde los austríacos son incapaces de acelerar lo más mínimo el ritmo cardíaco de la parroquia colchonera. Y los rojiblancos, mientras Simeone aplica los tan necesarios descansos entre los suyos, buscan aumentar su renta.
Después de los merecidos relevos de Giuliano y Julián, De Paul ofrece su último servicio con una asistencia para explotar la profundidad de Llorente. La carrera del español y un potente disparo encuentran la inestimable ayuda del meta austríaco en su camino hacia el cuarto tanto rojiblanco.
El mediocentro argentino enfila después el camino del banquillo junto a su contrariado amigo Griezmann. Noche ideal para retirar esfuerzos, además de brindarlos, como hace Simeone con Lemar. La obra de arte en la que convierte su disparo Darhim sirve para maquillar el marcador y darle a los suyos una mínima alegría en su adiós de la competición. Una Champions en la que el Atlético, que ya está en octavos, quiere más, aunque esta historia llegará en marzo.