Israel se prepara para la repuesta de Hizbolá tras el ataque en Beirut>

Aunque Hagari no atribuyó abiertamente a Israel la autoría del ataque contra el número dos de Hamás, lo cierto es que las palabras pronunciadas ayer por el director del Mossad, la más famosa de las agencias de Inteligencia israelíes, eran bastante concluyentes. Según afirmó David Barnea, en declaraciones recogidas por 'The Times of Israel' -y pronunciadas durante el funeral de Zvi Zamir, antiguo espía que persiguió a los responsables de la matanza de los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972-, todos los implicados en los atentados del 7 de octubre «firmaron su propia sentencia de muerte». «Estamos en medio de una guerra -añadió a continuación-, y el Mossad hoy, como hace 50 años, debe pedir cuentas a los asesinos que invadieron la zona fronteriza de Gaza, a los planificadores y quienes los enviaron».

Miedo entre los libaneses

Por su parte, el Gobierno del Líbano intentaba ayer persuadir a Hizbolá para que no respondiera a Israel con una dureza tal que la guerra se descontrolara y traspasara la frontera entre ambos países. En ese sentido, el ministro libanés de Asuntos Exteriores, Abdalá bu Habib, explicó ayer a la cadena BBC4 que están tratando de conversar con el grupo chií para evitar una respuesta que empeore la situación. «Estamos muy preocupados -explicó el político-. Los libaneses no quieren verse arrastrados [a una guerra]. Incluso Hizbolá no quiere verse arrastrado a una guerra reigonal». Además, pidió que la comunidad internacional intervenga para poner fin a las hostilidades, de modo que el incendio que puede prender en la región se vea definitivamente sofocado. «[He pedido a los países que] presionen a Israel para que ponga fin a su violencia y a sus acciones, no solo en Líbano y no solo en Beirut, sino también en Gaza», dijo.

También ayer, el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, de viaje en Lisboa, subrayó que la paz entre israelíes y palestinos debería ser impuesta «desde fuera», lamentando los esfuerzos fallidos para alcanzarla: «Lo que hemos aprendido de estos treinta años es que la solución tiene que ser impuesta desde el exterior, desde una comunidad internacional, porque las dos partes nunca serán capaces de llegar a un acuerdo».