La comparecencia se produce 25 días después de que declarase voluntariamente en la Audiencia Nacional descargando sobre el exministro José Luis Ábalos y salpicando en sus actividades a parte del Gobierno y el Partido Socialista.
Pertrechado con una carpetilla negra y con gesto tranquilo, Aldama salía del vehículo mientras Esteve, que ya en sus redes sociales anunció que a la llegada «habría sorpresas», le abría la puerta. Un apretón de manos y, carpetilla negra bajo el brazo, se ha dirigido con paso firme a la entrada del Tribunal Supremo para someterse al control de seguridad.
Aldama acude después de que Ábalos emplease el pasado jueves tres horas en intentar rebatir dos años de instrucción judicial y un rosario de acusaciones nuevas, como las que le sitúan en mordidas a cambio de obra pública, incluyendo un piso en el Paseo de la Castellana.
El exministro se parapetó en quien fue su asesor, Koldo García, y negó haber tenido relación estrecha con Aldama, quien se dice dispuesto a evidenciar que es Ábalos quien está faltando a la verdad.