Trump da marcha atrás en su plan para sacar a los palestinos de Gaza y construir una 'Riviera'

Trump soltó la idea a comienzos de este mes en medio de una comparecencia conjunta en la Casa Blanca con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que pareció tan sorprendido como la prensa con el anuncio. Los desafíos logísticos, legales, militares y políticos del plan -además de las cuestiones éticas de una posible salida forzada de dos millones de personas- eran enormes y fue recibido con una mezcla de conmoción y rechazo. La negativa de los países árabes de la región, incluidos los impactados de forma directa, como Egipto y Jordania, fue inmediata.

Pero Trump, al que no le gusta un no por respuesta, no se conmovió por la mala reacción a su operación inmobiliaria en una de las zonas más inestables del mundo. «Dicen que no van a aceptar», dijo Trump sobre Egipto y Jordania, donde los exiliados palestinas irían, según su idea, en unas «zonas bonitas con casas y seguridad, donde podrán vivir en paz y armonía».

«Pero yo digo que sí aceptarán», apostilló. Dos semanas después, sin embargo, Trump ha dado marcha atrás. En una entrevista radiofónica con Fox News reconoció que Jordania y Egipto habían rechazado el plan y que él no les obligaría a cumplir.

«Pagamos miles de millones de dólares todos los años a Jordania y a Egipto, me sorprendió que dijeron eso, pero lo dijeron», aseguró sobre el rechazo de sus aliados a recibir a los dos millones de palestinos para que EE.UU. se quede con un territorio que los países árabes buscan que sea el futuro estado de Palestina. «La única forma de actuar es mi plan, es lo que realmente funciona. Pero no voy a forzarlo. Simplemente voy a quedarme de brazos cruzados y lo voy a recomendar».

Este es el último tumbo de la 'Riviera de Gaza', que dejó descolocado a muchos en EE.UU., también dentro de la propia Administración Trump. Tanto el secretario de Estado, Marco Rubio, como la jefa de Prensa, Karoline Leavitt, dijeron que los reasentamientos de los palestinos serían temporales. Después Trump les corrigió: no, serían «permanentes».

«Me gustaba mi plan, yo creía que el plan era bueno», ha dicho Trump en esta última entrevista, con cierto tono de decepción. «Los sacas de allí, los llevas a otro lado, construyes unas residencias bonitas y permanentes», dijo.