El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha situado este jueves en Formentera la crisis migratoria en el centro del debate político nacional. Tras reunirse durante hora y media con sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles, acompañado por la presidenta balear Marga Prohens, el líder popular ha anunciado que el PP aprobará un plan integral de inmigración cuando llegue al Gobierno, con tres ejes: reforzar las fronteras, ligar la residencia a un contrato de trabajo y expulsar a los inmigrantes que cometan delitos.
«Quien venga a aportar será bienvenido; quien venga a delinquir será expulsado», ha defendido Feijóo, subrayando que el modelo «buenista» del Ejecutivo «ha fracasado». Según los datos aportados por el líder del PP, en 2017 Baleares no llegaba al millar de inmigrantes irregulares ni a un centenar de embarcaciones, mientras que hoy supera los 5.500 llegados en más de 300 pateras, un 80% más. «Este incremento no es fruto del azar, sino de la desidia de Sánchez», ha remachado.
Feijóo ha descrito la situación como «una crisis sin precedentes en la historia de Baleares» y ha acusado al Gobierno central de «abandono institucional, deslealtad con las comunidades autónomas y descontrol en las fronteras». «Mientras España se hunde en la corrupción y la negligencia, Sánchez se dedica a tapar sus fracasos con cortinas de humo. Pero no hay cortina capaz de ocultar un Gobierno fallido», ha criticado.
El líder del PP ha prometido tolerancia cero con la inmigración irregular y ha defendido que España tiene derecho a elegir «quién entra, cómo y para qué». Además, ha reclamado que la inmigración que llegue sea «culturalmente próxima» y respete «los valores españoles y europeos de libertad, pluralismo y tolerancia».
En su visita a Formentera, Alberto Núñez Feijóo ha definido los cinco ejes de su política migratoria, centrada en la seguridad, la legalidad y la integración cultural. En primer lugar, ha subrayado que «no hay política migratoria más inhumana que la que no existe», en referencia a la gestión del Gobierno socialista, y ha denunciado que repartir a los menores migrantes solo entre comunidades del PP y eximir a las regional nacionalistas es «abiertamente racista, insolidario y desleal».
En segundo lugar, Feijóo defiende que España tiene derecho a decidir «quién entra, cómo y para qué», y reclama reforzar las fronteras y planificar las llegadas para evitar la inmigración irregular.
La expulsión de quienes delinquen es otro pilar: «Quien venga a aportar será bienvenido; quien venga a delinquir será expulsado», ha advertido, estableciendo tolerancia cero frente a delitos graves y reincidencias.
El PP propone además vincular la residencia legal a la actividad laboral, de modo que quienes mantengan un contrato de trabajo puedan residir en España, mientras que los subsidios no sean la vía de permanencia. «No se puede venir a España a vivir de subsidios», ha remachado.
Por último, Feijóo ha insistido en la importancia de la integración cultural: la inmigración debe ser «culturalmente próxima» y respetar los valores españoles y europeos de libertad, tolerancia y pluralismo: «La hispanidad no es una etiqueta, es compartir vínculos sociales, idiomáticos, de comportamiento y quien provenga de otros lugares debe respetar nuestras costumbres, respetar los valores españoles y europeos de la libertad, la tolerancia y el pluralismo».
Prohens habla de «drama humanitario»
La presidenta balear, Marga Prohens, ha endurecido el tono al hablar de «drama humanitario» y acusar al Gobierno central de no preocuparse por las islas: «Feijóo es el primero en venir a conocer la situación de Formentera. Ni Sánchez, ni Marlaska, ni Víctor Torres, ni la secretaria de Estado se han dignado a aparecer en la isla más pequeña y más frágil».
Prohens ha detallado que Baleares acoge actualmente a más de 1.500 migrantes y 400 menores, dentro de un sistema de protección que ya tutela a más de 7.000 jóvenes, «dos de cada tres, menores extranjeros no acompañados». Ha denunciado que las solicitudes de ayuda del Govern balear han sido respondidas con «insultos y acusaciones de racismo» y ha criticado que el Ejecutivo central destine más de seis millones de euros en carpas sin notificarlo.
«La política del Gobierno es racista, insolidaria y desleal, porque reparte a los menores como si fueran paquetes, siempre hacia comunidades del PP, mientras otras quedan al margen. Nosotros defendemos una política migratoria no solo de acogida, sino de protección de fronteras y de lucha contra las mafias», ha reclamado Prohens, subrayando la necesidad de restablecer la vía diplomática con Argelia.
La presidenta balear también ha reprochado a la expresidenta Francina Armengol sus alabanzas a la política migratoria socialista: «Se alegraba de que los migrantes llegaran a nuestras costas, sin preocuparse de los 40 fallecidos este año. Baleares vive jornadas críticas con la llegada de 200 personas en un solo día».
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