Pilar Alegría pierde fuerza en el núcleo duro del presidente del Gobierno

Alegría, que fue la cara y la voz del Partido Socialista hace unos años y hoy lo es del Gobierno, cargo del que podría ser relevada en un futuro inminente si se produce una crisis del Ejecutivo, ha pasado de ser una de las colaboradoras más cercanas a Sánchez a no contar con ella para prácticamente ninguna de sus decisiones. En el entorno del líder socialista hay quien opina que «la castigó» tras ver, precisamente, como se postulaba para sustituirle durante los cinco días de reflexión tras la imputación de su esposa, Begoña Gómez. Aunque Alegría no fue el cerebro de esa operación, ya que quién movía los hilos era el entonces jefe del Gabinete del Presidente y hoy ministro para la Transformación Digital y la Función Pública, Óscar López, a Sánchez «no le gustó lo que vio».

Una persona muy cercana al presidente sostiene que el relevo de López y «mandarlos a los dos a los pies de los leones en Madrid y Aragón», a ejercer de jefes de la oposición frente a dos de las mayorías absolutas autonómicas más consolidadas del PP, las de Isabel Díaz Ayuso y Jorge Azcón, «no fue un premio, fue una condena».

Según fuentes socialistas aragonesas al más alto nivel, gran culpa de esa pérdida de fuerza ahora de Pilar Alegría en el entorno más cercano a Sánchez tiene que ver con la pelea «a gritos» que tuvo poco antes del verano con un histórico del PSOE en Huesca, padre de la jefa de gabinete del ministro Óscar López, y persona muy influyente sobre Sánchez, Miguel Gracia. El exsenador, que le había declarado la guerra interna a Lambán, fue clave para su elección como líderesa en Aragón.