La voz española de la IA en Europa: "Si sólo nos enfocamos en regular, nos quedaremos atrás en la revolución tecnológica más importante del siglo"
Si la inteligencia artificial (IA) aspira a ser un reflejo de la mente humana, la tecnología puede servirnos de espejo para comprendernos a nosotros mismos. Mariano Alcañiz (París, 1962), uno de los mayores expertos en descifrar el comportamiento humano a través de la realidad virtual y la IA, se convirtió recientemente en el único español con voz en el comité ejecutivo de EURO-XR, la Asociación Europea de Realidad Extendida.
El catedrático de Ingeniería Biomédica y director del Instituto de Investigación en Tecnología centrada en el ser humano (Human-Tech) de la Universidad Politécnica de Valencia se convierte así en el español de referencia en la Unión Europea en el ámbito de la IA, justo cuando la irrupción de la china DeepSeek amenaza el monopolio de Silicon Valley.
- ¿Estamos de nuevo ante un cambio de paradigma?
- El mundo de la IA ha recibido un sismo inesperado. DeepSeek-R1, un modelo de IA desarrollado en China con una inversión de solo seis millones de euros, ha alcanzado una capacidad de razonamiento comparable a la de los modelos más avanzados de OpenAI, como GPT-4o, pero con un coste por usuario hasta 30 veces menor. Este hito no solo desafía el dominio de las grandes tecnológicas occidentales, sino que también abre las puertas a una nueva era de democratización de la IA.
- ¿Cómo ha sido China capaz de lograr este hito?
- DeepSeek-R1 se distingue por su enfoque en el razonamiento mediante aprendizaje por refuerzo, una estrategia que optimiza la toma de decisiones sin necesidad de un gran volumen de datos supervisados. Su arquitectura de mezcla de expertos permite activar sólo las partes necesarias del modelo en cada tarea, reduciendo de manera drástica los costes computacionales. Lo más relevante de este modelo es su capacidad de aprendizaje iterativo: partiendo de un sistema inferior, ha ido mejorando progresivamente mediante entrenamiento adaptativo. Esta es una revolución en la forma en que concebimos el desarrollo de modelos de IA, que hasta ahora dependía de inversiones multimillonarias. Por tanto, el avance de DeepSeek demuestra que el desarrollo de IA avanzada no está reservado solo a Silicon Valley. Por otra parte, Europa está prestando mucha atención a la regulación, pero debe reaccionar ante estos eventos si quiere jugar un papel clave en esta revolución. En Europa tenemos talento de sobra, centros de investigación de primer nivel y un ecosistema tecnológico vibrante, pero debemos tener una estrategia clara sobre cómo competir en este campo.
- ¿Y la tenemos?
- Es evidente que la regulación es necesaria para garantizar la seguridad y la ética en la IA, pero no puede ser la única prioridad. Si sólo nos enfocamos en limitar y normativizar, corremos el riesgo de quedarnos rezagados frente a China y Estados Unidos en la revolución tecnológica más importante del siglo XXI. DeepSeek marca un antes y un después en la IA. Nos muestra que con creatividad, inversión eficiente y un enfoque disruptivo es posible desarrollar tecnología puntera sin depender de presupuestos desorbitados. Ahora la pregunta es: ¿estará Europa a la altura?
- ¿La regulación puede acabar matando la innovación?
- Cuando aplicas una regulación por igual a todos los campos, es como una quimioterapia que puede acabar matando células buenas. Y matar células buenas puede hacer que en Europa no seamos tan innovadores. No comparto el modelo de Estados Unidos, donde los dueños de los datos son las empresas, ni el de China, donde el dueño es un Estado autoritario. En Europa estamos intentando que los dueños seamos las personas. Es importante regular eso, pero esa regulación no puede aplicarse a quienes investigamos. Hay que dejar vía libre para investigar hasta dónde puede llegar la IA.
- Desde el punto de vista de las libertades y los derechos humanos, ¿hay que preocuparse por que China coja velocidad en el desarrollo de la IA?
- China ya ha cogida mucha velocidad, pero este logro tecnológico no cae del cielo. China lidera a escala global el número de patentes. Estados Unidos ha intentado pararle los pies con políticas de aranceles y sanciones, pero está claro que han fracasado. Que China haya logrado con DeepSeek igualar e incluso superar en algunos aspectos a las siete grandes tecnológicas norteamericanas con una fracción de sus inversiones y sin el acceso a la tecnología avanzada de Nvidia demuestra que las reglas del juego han cambiado y que la burbuja de la IA en Estados Unidos se puede pinchar. Que China esté ofreciendo servicios avanzados de IA al 10% del precio de competidores estadounidenses puede suponer que lidere este mercado cuando muchas empresas de Europa y de Estados Unidos empiecen a usarlos. Lo que ocurre es que estamos dando datos a servidores chinos en los cuales el Gobierno tiene hasta la fecha un control muy elevado, y eso puede ser preocupante. Así que puede ocurrir que el mercado se niegue a usar servicios chinos, lo que hará que los de Estados Unidos tengan que bajar precios si quieren seguir siendo competitivos. En cualquier caso, esto es una lección para Europa, ya que abre una ventana de oportunidad para lograr tener un papel relevante en IA. Si China con muchos menos años de experiencia en tecnología ha podido, por qué Europa no.
- ¿Europa no llega ya tarde a la carrera de la IA?
- Podemos liderar esta revolución, pero debemos escuchar más a los científicos y tecnólogos para adoptar una visión estratégica que combine innovación, regulación inteligente y un uso responsable de la IA. Si queremos ser protagonistas de esta era, es el momento de actuar. En investigación básica sobre IA y en Large Language Models (LLM) -en lo que se basa ChatGPT y los generadores de imágenes o vídeo- estamos en la tercera división. Cuando yo empecé a trabajar, intentábamos emular los mecanismos cerebrales que nos llevan a tomar una decisión. Eso supuso que la IA estuviese estancada durante años, porque es muy difícil emular la inteligencia humana con esquemas sencillos. Se necesitaba mucha capacidad de computación y, sobre todo, mucha inversión para poder entrenar esos modelos. Ahí es donde las grandes corporaciones como Microsoft, OpenAI, Google... nos tienen tomada la delantera.
- En su opinión, ¿qué camino debería explorar Europa para no quedar descolgada? ¿En qué sectores debería focalizar y centrar sus esfuerzos?
- Europa tiene excelentes grupos de investigación. De hecho, uno de los padres de la IA es europeo, Geoffrey Hinton. Lo que pasa es que Europa ha tenido tradición en generar los modelos teóricos, mientras que la capacidad de tener modelos entrenados está en grandes potencias como Estados Unidos y China. Una bandera que ha cogido Europa es la de la legislación y la protección de nuestros derechos fundamentales. Pero no sólo eso vale. Las inversiones que estamos haciendo desde la Comisión Europea en I+D deben dar lugar a productos comerciales y empresas que generen empleo. Donde Europa tiene posibilidades es en aplicaciones orientadas a solucionar problemas muy concretos, aprovechando los desarrollos y los modelos entrenados que están generando las grandes corporaciones.
- ¿Por ejemplo?
- En mi laboratorio de investigación estamos trabajando en un proyecto para simular pacientes con problemas de salud mental con el que entrenar a psiquiatras y psicólogos. Al igual que los cirujanos, estos profesionales tienen una curva de aprendizaje muy larga, además de que es fundamental la capacidad de empatía con el paciente. Para eso hay que entrenar unas determinadas habilidades, las llamadas 'soft skills', lo cual se hace con pacientes reales. La IA puede usarse para simular la mente de ese paciente y su reacción. Lo que hacemos es simular humanos mediante IA. Es una aplicación que no sólo requiere de los LLM, sino también de una arquitectura híbrida. El entrenamiento de un modelo de IA capaz de simular cómo se comporta un paciente con depresión es un desarrollo europeo. También analizamos con la Comisión si es posible generar funcionarios virtuales.
- ¿Y es posible generar funcionarios virtuales?
- Estamos demostrando que es posible con tecnología de humanos virtuales. La próxima frontera de la IA, y donde yo creo que Europa tiene mucho que decir, es generar humanos virtuales empáticos. Empáticos con los rasgos psicológicos, la edad o la cultura de la persona con la que hablan.
- Pero, ¿qué aspecto tendría ese funcionario virtual?
- Un humano virtual tiene un cuerpo y una mente. El cuerpo lo puedo generar en dos dimensiones, que es lo que hasta ahora hemos hecho en el teléfono. Pero puedes generarlo también en tres dimensiones, para que el cuerpo se mueva en tres dimensiones. De esta forma, se puede presentar en distintas interfaces. En una videoconferencia, por ejemplo, donde tú eres real y el funcionario, virtual.
- Teniendo en cuenta esto, ¿el miedo humano a la IA es racional?
- Es un miedo racional en el sentido de que hay una posibilidad real de que todos podamos perder el trabajo. Es un miedo justificado, porque ciertamente puede pasar. Los investigadores no esperábamos un despegue de la tecnología tan rápido y en tan pocos años. ¿La IA va a influir en el mercado laboral? Indudablemente, como han influido muchas otras tecnologías. Se compara con la Revolución Industrial.
"DeepSeek demuestra que las reglas del juego han cambiado y que la burbuja de la IA en Estados Unidos se puede pinchar"
- ¿Podría decirse que estamos reviviendo el movimiento ludita que enfrentó a los trabajadores del XIX con las nuevas máquinas?
- Creo que sí. Definir la inteligencia es complicado, pero algo que la distingue es la creatividad. La IA todavía no ha llegado a eso.
- Sin embargo, estamos viendo ya a la IA crear obras de arte, cuando el debate al principio se centraba en si acabaría con los trabajos mecánicos y repetitivos. ¿No hay un salto cualitativo al ponerse también en cuestión el trabajo humano creativo?
- Los humanos, cuando creamos, indudablemente nos apoyamos en conocimiento. A un artista le influye lo que ha visto en su vida, pero una cosa es esto y otra que nazca un Picasso o un Dalí. Eso fue un salto cuántico de creatividad. La IA crea en base a información que yo le he dado. ¿Es eso creatividad? Todavía no hemos llegado a emular las pautas de procesamiento cerebral con un control absoluto. Ahora bien, hay una consultora en Estados Unidos que otorga el sello 'made by humans', es decir, hecho sin IA. Es como un sello ecológico. Igual dentro de unos años hay un nicho de mercado que aprecia los productos hechos sólo a partir de inteligencia humana no artificial. En todo caso, no podemos negar que la creación en unos años estará condicionada por las herramientas de IA. Si lo pensamos bien, la IA es una evolución de la cognición humana. Hemos logrado enlatarla y entrenarla, pero no controlarla todavía.
- ¿Que la IA replique el cerebro humano es una distopía inalcanzable?
- Hay dos opiniones. Una es que con el actual modelo de IA seremos capaces de emular la inteligencia humana cuando aumente la capacidad de computación con los ordenadores cuánticos. Pero la otra opinión dice que no. No sé lo que puede venir.
- Se dice por ejemplo que el uso generalizado del móvil nos está cambiando el cerebro. ¿Las tecnologías nos moldean como seres humanos?
- Los estímulos moldean nuestro cerebro. Partiendo de esa premisa, a lo largo de los años hemos desarrollado nuevas tecnologías que son nuevos estímulos. Las interfaces multitáctiles han cambiado la manera en que manejamos información. El acceso inmediato a la información está modificando los mecanismos cerebrales de recompensa. La interfaz de las redes sociales se ha diseñado para generar adicción. Imagina una máquina tragaperras. Instagram o TikTok son lo mismo. La tecnología está modificando la anatomía cerebral, y la modificará aún más.
- ¿Hay alguna posibilidad de que la IA llegue a controlarnos o eso es sólo materia para la ciencia ficción?
- Hay dudas razonables. No hay que descartar que la IA pueda controlarnos algún día.