La UE impondrá aranceles de hasta el 25% a los coches eléctricos chinos

La UE podría anunciar hoy mismo la imposición de aranceles adicionales a los coches chinos eléctricos importados desde aquel país. Actualmente ya pagan un 10% por este concepto, pero la cifra podría ascender hasta el 25% según recoge el diarioFinancial Times, que cita a fuentes conocedoras del proceso.

Y la respuesta del gigante asiático no se ha hecho esperar. Su Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que la fijación de estos aranceles violan los principios de la economía de mercado y serían "perjudiciales para la propia Europa". En todo caso, China tomará todas las medidas para "defender firmemente" sus derechos e intereses legítimos, aseguró su portavoz diplomático, Lin Jian.

Europa como válvula de escape

Las nuevas tasas, que serían provisionales, estarían muy lejos del gravamen del 100% que anunció semanas atrás el Gobierno de los EEUU a estos vehículos. Un anuncio que haría que a las marcas chinas solo les quedase la UE para dar salida al excedente de su producción de modelos a pilas.

De hecho, la decisión de la UE se produce después de que, en septiembre del año pasado, abriese un expediente por los posibles subsidios estatales a los fabricantes chinos que permiten a éstos vender sus coches "artificialmente más baratos" que sus homólogos europeos. Hasta un 20%.

Subsidios variados

Luego, en marzo, Bruselas afirmó que ya tenía evidencias de esas ayudas, que tomarían distintas formas, desde la transferencia directa de fondos, a la condonación de deudas o al suministro de bienes y servicios estatales a precios inferiores a los adecuados. China siempre ha dicho que esa investigación solo es una medida "proteccionista" y una "excusa" para imponer recargos.

Hasta 3.600 millones de euros

Según el último análisis sobre la economía mundial del Instituto Kiel, los nuevos gravámenes harían que el numero de vehículos eléctricos chinos importados a la UE se reduzca en una cuarta parte -unos 125.000 coches- considerando un arancel del 20%. Además, tendría un coste para los fabricantes chinos de unos 4.000 millones de dólares (unos 3.600 millones de euros).

Y la medida, no hay que olvidarlo, tendría también efectos sobre los fabricantes occidentales.Primero, porque muchos de ellos tienen una gran dependencia del mercado local chino. Y segundo, porque también producen allí automóviles eléctricos que luego importan a la UE. Es el caso de BMW, Mercedes, Audi o Volkswagen, pero también Volvo (propiedad de la china Geely), el Grupo Renault (ensambla el Dacia Spring) e incluso Cupra, que produce el Tavascan en aquel país.