La 'supermayoría' laborista abre una nueva era en el Reino Unido: "El cambio empieza ahora"

El líder laborista Keir Starmer será investido hoy como primer ministro tras propiciar al Partido Conservador de Rishi Sunak la mayor derrota de su reciente historia. Con más del 70% de los distritos electorales adjudicados oficialmente, el Partido Laborista aventajaba al Partido Conservador por 359 a 81 escaños.

"El cambio empieza ahora, porque esta es vuestra democracia", proclamó Starmer en sus primeras palabras al confirmarse su "supermayoría", muy cercana a la lograda en 1997 por Tony Blair. "La gente en el país se ha pronunciado y está preparada para cambiar, poner fin a la política del postureo y volver a la política como servicio público. ¡Lo hemos logrado! Ahora es el momento de cumplir".

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Las proyecciones de voto dan al Partido Laborista 410 diputados frente a los 144 de los "tories" y 58 para el Partido Liberal-Demócrata, que vuelve a ser la tercera fuerza política, mientras que el populista Nigel Farage irrumpe en Westminster con al menos cuatro escaños.

Keir Starmer logró pintar de rojo la mayor parte de Inglaterra y Gales y afianzó su avance frente al Partido Nacional Escocés, que logró sus los peores resultados en una década. El Partido Conservador lograría el menor número de diputados logrados desde 1935, relegados al 18% en su tradicional "muro azul" del sur de Inglaterra.

Rishi Sunak conservó a duras penas su escaño en North Yorkshire, al igual que el secretario del Tesoro Jeremy Hunt, pero al menos 12 ministros perdieron en sus propios distritos, incluido el secretario de Defensa Grant Shapps y la portavoz en el Parlamento Penny Mordaunt, que no podrá ser su sucesora.

El todavía primer ministro ha felicitado por su victoria al líder laborista y ha asumido "la responsabilidad por la pérdida de muchos candidatos conservadores que han trabajado duro". Con cara de circunstancias, Sunak ha pedido perdón y ha adelantado que viajará a Londres desde su circunscripción en el norte inglés para dejar la jefatura del Ejecutivo, a la que "ha dado todo", y ofrecerá más detalles sobre los próximos pasos.

Sunak se dispone a ceder el testigo a Starmer al cabo de 14 años de gobiernos conservadores, entre durísimas críticas dentro del Partido Conservador por los fiascos de su campaña y por la premura en la convocatoria de las elecciones, a sabiendas de los 20 puntos de desventaja en las encuestas.

El otro gran triunfador de la noche fue Nigel Farage, que logró su entrada en Westminster al octavo intento con Reform UK, junto al presidente del partido Richad Tice y junto al ex conservador Lee Anderson. "Vamos a por los laboristas, que no les quepa la menor duda", declaró Farage en un breve discurso en su distrito de costero de Clacton, al este de Inglaterra, donde venció al conservador Giles Watling por 20.000 a 12.000 votos.

"Más que un resultado espectacular el Partido Laborista, estamos ante un hundimiento del Partido Conservador en sus feudos históricos", declaró el profesor John Curtice, al frente del sondeo a 20.000 votantes en 133 colegios electorales que sirvió como adelanto al lentísimo recuento al estilo británico. "Hemos comprobado también un ascenso de Reform UK mayor al que se esperaba y un retroceso notable del nacionalismo escocés".

El Partido Nacional Escocés vería severamente reducida su presencia en Westiminster: de 38 a ocho diputados. El Partido Liberal-Demócrata ganaría por su parte 53 escaños en el nuevo Parlamento, en una victoria celebrada por su líder Ed Davey como "el mejor resultado en una generación". El Partido Verde lograria también dos escaños.

En un personalísimo desquite contra Starmer, el ex líder laborista Jeremy Corbyn, expulsado del partido, logró conservar como "independiente" su escaño de los últimos 40 años tras vencer al candidato oficial del Partido Laborista Praful Nargund por 24.000 a 16.000 votos. Corbyn clamó por "una política más amable e inclusiva" y prometió abanderar la causa de la "justicia social" desde la izquierda en el próximo Parlamento.