Cataluña recurrirá a barcos con agua de Sagunto en junio si la sequía se mantiene en el nivel actual

El agua procedente de la desalinizadora de Sagunto (Valencia) llegará en barcos al puerto de Barcelona a partir de junio si la situación de sequía en Cataluña se mantiene en los niveles actuales.

Así lo han anunciado la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, y el consejero de Acción Climática de la Generalitat, David Mascort, tras la reunión que han mantenido esta mañana en Barcelona. La titular del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ya se lo comunicó el pasado sábado al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, quien se mostró a favor de la "solidaridad hídrica" entre regiones.

"Iremos a Sagunto o a donde haga falta, pero es una solución puntual para equipamientos estratégicos que puedan estar en situación de emergencia, no es la solución para la sequía", ha recalcado el conseller. Se calcula que cada buque trasladaría unos 20.000 metros cúbicos de agua.

Hace tres meses, el Ejecutivo catalán ya apuntó la posibilidad de tener que recurrir a buques cisterna ante el actual episodio de sequía, iniciado hace 40 meses con la escasez de lluvias. Sin concretar cuál sería el origen, aunque también se especuló con Palma de Mallorca o Murcia, el Govern sí que había confirmado en las últimas semanas que tendría acondicionado el puerto de Barcelona para poder efectuar estas operaciones.

En el último referente de gran sequía en la región, la de 2007-2008, menos severa que la actual y que cesó gracias a las lluvias primaverales del segundo año, ya se puso en marcha un plan para el transporte de agua desalinizada a través de barcos hasta la capital catalana, a cuyo puerto llegaron dos buques procedentes de Tarragona y Marsella (Francia). Las precipitaciones permitieron cancelar un dispositivo en el que también se iba a recurrir al puerto de Almería.

Tordera II y Foix

En el encuentro entre Ribera y Mascort se ha abordado también la ampliación de la desalinizadora de Tordera, en Blanes (Girona), y la construcción de una nueva planta en las proximidades de la cuenca del río Foix, en la provincia de Barcelona. Ambas infraestructuras estarán financiadas por el Gobierno con fondos europeos en la modalidad de crédito y estarán operativas en 2028 y 2029 respectivamente. El coste de las desalinizadoras Tordera II y Foix está valorado en unos 500 millones de euros y su construcción quedará en manos de la sociedad estatal Acuamed. En el primer caso, las obras comenzarán este año y en el segundo, en 2025.

La reunión entre ambos dirigentes se ha producido cuatro días después de que el Govern decretase la entrada en fase de emergencia de gran parte de la provincia de Barcelona y Gerona, la zona abastecida de agua por el sistema Ter-Llobregat y que está habitada por seis millones de personas, es decir, tres cuartas partes de la población catalana.

Con las reservas de agua de los embalses en mínimos históricos, un total de 239 localidades están afectadas desde el pasado viernes por las nuevas restricciones del Plan especial de sequía autonómico. Entre otras exigencias, el consumo de agua queda limitado a un máximo de 200 litros por habitante y día y se reduce también su uso en actividades agrícolas (80%), ganaderas (50%) o industriales (25%). En la mitad oeste de la región, la mayor parte de las cuencas dependen de la Confederación Hidrográfica del Ebro, organismo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.