EEUU y Rusia ultiman un gran canje de presos

En torno a una decena de presos políticos han sido sacados de sus celdas en Rusia en las últimas 72 horas. Mientras, en cárceles de EEUU, diversos delincuentes rusos han desaparecido de la base de datos del sistema penitenciario, disparando las especulaciones de un intercambio de presos a gran escala entre Rusia y Occidente.

Mover a un recluso sin dar pistas es habitual en Rusia, pero en esta ocasión han trasladado a la vez a una decena de presos políticos, todos ellos con el mismo perfil y todo en cuestión de 72 horas. Es muy elocuente que entre los que han sido sacados de su celda están destacados nombres de la disidencia como el líder opositor Ilya Yashin y otros casos de menor perfil pero especialmente crueles como la joven Sasha Skochilenko, detenida en 2022 por poner propaganda contra la guerra en los productos de un economato.

"Quiero dar las gracias a todo el mundo por el apoyo, ahora mismo esperamos lo mejor", explica a EL MUNDO Sofia Subotyna, la pareja de Skochilenko. "Nos enteramos de que Sasha había desaparecido el lunes por la noche, el martes se suponía que iba a verla y darle un paquete y ahora estamos en Moscú, buscando por segundo día a Sasha en todos los centros de prisión preventiva... pero no la encontramos por ninguna parte".

Skochilenko cumple una condena a 7 años especialmente dura en prisión. Además de su condición de lesbiana en un país que no respeta esa orientación sexual, sufre problemas digestivos y está en tratamiento psicológico. Las condiciones son precarias. Durante su estancia en la cárcel le extrajeron una muela infectada "pero no le cosieron porque no tenían hilo", denuncia su novia, que vive en San Petersburgo.

¿Dónde están todos estos presos políticos ahora?

Algunos abogados han apuntado que los presos rusos podrían ser concentrados en un centro penitenciario de la capital como paso previo de su salida al extranjero. Los traslados de prisión informados se producen tras la condena inusualmente apresurada contra el periodista estadounidense Evan Gershkovich por cargos de espionaje que él niega. Fue condenado en julio a 16 años de prisión. Rusia ha confirmado que se han llevado a cabo conversaciones sobre su posible intercambio, pero desde hace días el Kremlin elude hacer comentarios.

Ocho aviones del escuadrón especial presidencial ruso han despegado en una semana desde las regiones donde estaban encarcelados presos políticos, según reveló el medio ruso Agentstvo. Uno de ellos vino desde Ekaterimburgo, donde ha estado preso el periodista de The Wall Street Journal.

En el otro bando, los beneficiados serían diversos delincuentes rusos pillados matando o saboteando en Alemania y EEUU. Entre aquellos a quienes Moscú querría liberar se encuentra Vadim Krasikov, un ruso que cumple cadena perpetua en Alemania por asesinato, un intercambio que requeriría el visto bueno de Berlín.

No hay novedades sobre Krasikov, tal vez el recluso ruso más relevante. Pero los movimientos en los penales rusos sí se ven correspondidos con los de varias cárceles norteamericanas. La información sobre algunos rusos que cumplen condena en Estados Unidos desapareció de la base de datos de la Oficina de Prisiones estadounidense en medio de especulaciones sobre un posible intercambio, avanzó RIA Novosti.

De pronto la búsqueda de información sobre presos como Alexander Vinnik, Maxim Marchenko, Vadim Konoshchenko o Vladislav Klyushin, condenados en Estados Unidos, no arroja resultados en el buscador del sistema penitenciario.

Tampoco se halla a Roman Seleznev, hijo de un legislador ruso, que fue declarado culpable por un tribunal federal estadounidense en el estado de Washington en 2016. Cumple 27 años de prisión, la sentencia más larga relacionada con piratería informática en Estados Unidos. El abogado del ruso Vinnik dijo a RIA Novosti que no podía comentar los rumores sobre un intercambio de prisioneros entre Rusia y Estados Unidos "hasta que suceda".

CONDENA DE UN CUARTO DE SIGLO

Vladimir Kara-Murza, un ciudadano ruso-británico con doble nacionalidad, cumpliendo pena de 25 años de cárcel por cargos de traición, también ha sido trasladado de su prisión en Siberia y estaba hoy, miércoles, siendo enviado a otro lugar desde la colonia penitenciaria IK-6 en Omsk a otro destino. A los abogados de Kara-Murza les dijeron que se encontraba en el hospital de la prisión.

Al mismo tiempo, un vuelo especial de la compañía aérea Rossia despegó de Omsk con destino a Moscú, pero durante toda la jornada se desconocía si había algún prisionero a bordo. El misterio se ha prolongado varios días la administración de la cárcel no permitió que el abogado se reuniera con Kara-Murza los días 30 y 31 de julio, alegando que el político estaba siendo examinado.Tiene prevista mañana jueves 1 una vista judicial.

La abogada de Paul Whelan, el estadounidense encarcelado en Rusia por cargos de espionaje que él niega, dijo a Reuters el miércoles que no podía confirmar su paradero. Olga Karlova asegura que ha enviado una solicitud a la colonia penitenciaria donde cumple su condena para saber dónde se encuentra.

"Como miembro de la familia, no estamos invitados a las reuniones del gobierno ni a las discusiones sobre qué concesión se hará, y si se hace alguna. Hemos tratado de asegurarnos de que el gobierno de EEUU esté al tanto de las concesiones que creemos que podría hacer", explica a este periódico David Whelan, hermano de Paul, que lleva luchando por su libertad desde que el ex marine (con ciudadanía estadounidense, británica, irlandesa y canadiense) fue arrestado en Rusia en 2018.

Fue declarado culpable de espionaje en 2020 y recibió una sentencia de 16 años. En el momento de su arresto, Whelan era jefe de seguridad global de BorgWarner, un proveedor de repuestos para automóviles con sede en Michigan. Los investigadores rusos alegaron que era un espía de la inteligencia militar y que lo habían sorprendido con las manos en la masa con un pendrive que contenía información clasificada.

Entre aquellos cuyos familiares y partidarios dicen que ya no están en la misma prisión, sino que -según las autoridades penitenciarias- "se han ido" a otro centro, se encuentran el destacado activista de derechos humanos Oleg Orlov y Danila Krinari, un hombre condenado por cooperar secretamente con gobiernos extranjeros. Liliya Chanysheva y Ksenia Fadeeva están en la misma situación.

La periodista de RusNews María Ponomarenko, que cumple una condena de 6 años por un caso de noticias falsas sobre el ejército ruso, no fue conducida a la vista judicial el 26 de julio. Sus jefes no han conseguido contactar con ella. Según el abogado Dimitri Shitov, no tiene información sobre las razones por las que Ponomarenko no fue llevada a los tribunales ni sobre qué ocurre con ella.

La liberación de estos presos puede ocurrir en cuestión de días, una vez que el presidente Vladimir Putin haya indultado a los involucrados. Todos ellos son individuos a los que el Estado ruso ha calificado, por diferentes motivos, de extremistas peligrosos. No sería el primer gran canje de presos desde que Putin llegó al poder. En 2010 tuvo lugar el mayor intercambio de prisioneros desde la Guerra Fría, en el que participaron 14 personas en total.

Sobre la mesa queda el caso de Alsu Kurmasheva, periodista rusa y estadounidense que trabaja para la emisora financiada por el gobierno Estados Unidos Radio Free Europe/Radio Liberty. También fue condenada con una rapidez inusual en un juicio secreto el mismo día y sentenciada a 6 años y medio de prisión , acusada de difundir información falsa sobre el ejército ruso. Ella niega haber cometido delito alguno.

SALVADO DE LA EJECUCIÓN

La agencia estatal de noticias BelTA informó el martes que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, había decidido indultar al ciudadano alemán Rico Krieger, condenado a muerte por terrorismo y otros cargos. Bielorrusia es el único país europeo que todavía aplica la pena de muerte.

En una entrevista con la televisión estatal Belarus-1 publicada la semana pasada, Krieger dijo que el servicio de seguridad SBU de Ucrania le había ordenado que fotografiara instalaciones militares en Bielorrusia en octubre pasado y que colocara explosivos en una línea de tren al sureste de Minsk. No quedó claro si Krieger habló bajo coacción. Alegó que lamentaba sus acciones y esperaba obtener el indulto de Lukashenko, que se reunió con los abogados del preso antes de dejarlo marchar.

Por otro lado, un tribunal esloveno ha condenado este miércoles a dos ciudadanos rusos a penas de cárcel por espionaje y uso de identidades falsas y dijo que serán deportados, ha informado la agencia de noticias estatal STA.