Alcaraz y un Roland Garros a su manera
Pero también afronta Alcaraz un Grand Slam parisino en el que ha tenido que hablar mucho sobre su forma de entender el tenis, más bien sobre la imagen que transmite en el documental que estrenó en abril. Alcaraz siempre quiso mostrarse como es fuera de la pistas, pero se ha llevado algún comentario negativo al ilustrar por encima del tenis sus ganas de divertirse. A Carlos Moyá se le hace difícil pensar que podrá alcanzar los números de Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic con esa actitud, que sin embargo aprecia lícita. «Querer ser el mejor de la historia de esa manera... puede llegar, pero lo veo difícil. Es difícil teniendo una vida normal, muy complicado. De los tres que lo han conseguido, nadie ha sido así, pero igual es un pionero y lo consigue», explicaba hace unos días en Madrid.
Su pupilo en los últimos tiempos, el propio Nadal, observaba otra situación: «Conociendo un poco a Carlitos, creo que el documental no refleja su personalidad ni la forma en que vive su carrera. No aparece como un jugador de tenis que se entrena, sino como alguien que ama la fiesta, que no es muy profesional. Y eso no es verdad; es un gran profesional», defendía el manacorense.
Alcaraz hace lo que ha querido siempre, seguir su camino. «Hay muchas opiniones, hay mucha gente a la que le parece que muestro mucho mi lado fiestero, la noche... Yo personalmente no lo veo así, pero estoy abierto a todo tipo de opiniones», dijo el murciano en París. «Muestra mi vida. Soy profesional, pero también quiero tener mis momentos de disfrute. He mostrado que me gusta salir, como a todo chico de 21 o 22 años, pero siempre pongo por delante el tenis», zanjó.
Y lo intentará demostrar en la pista, donde ya lleva aclimatándose desde el miércoles y donde estrenará el inicio a su segundo título en París este lunes ante Giulio Zeppieri, italiano de 23 años y 306 del mundo, que sustituye al lesionado Kei Nishikori, que se dio de baja el viernes por la tarde. A partir de ahí, el camino hacia su segunda Copa de los Mosqueteros se vería entorpecido con nombres como los de Fabian Marozsan o Luca Nardi; Giovanni Mpetshi Perricard o Zizou Bergs; en cuarta ronda, posibles duelos con Stefanos Tsitsipas, Ben Shelton o Tomás Etcheverry. Para cuartos de final, quizá Casper Ruud o Tommy Paul. Ya en semifinales, Lorenzo Musetti, Holger Rune o Taylor Fritz. Y, solo en la final, Zverev, Djokovic o Sinner, a quien todos apuntan como el otro claro candidato al título. Siempre que lo quiera Alcaraz.
Con 22 años, Carlitos suma cuatro Grand Slams (dos Wimbledon y un US Open además de Roland Garros del año pasado) y otros 15 títulos. Y a esto aspira desde el primer día de torneo: «Dar alegría a mi juego, eso es lo que intento hacer en cada partido, en cada entrenamiento. No sentir miedo a nada, no pensar en querer ser más sólido o no, solo disfrutar y pasármelo bien». «Sobre todo estoy buscando tener buenas sensaciones. El jueves noté una gran diferencia en cuanto a condiciones, el viernes iba la bola mejor. No trabajamos nada en específico, solo en encontrar la manera de sentirme bien, cómodo y pensar un poco en cómo voy a comenzar el torneo», prosiguió, confianza alta en un torneo que se sabe favorito. Pero siempre a su manera.