Ribera alza la voz contra el ‘greenwashing’ tras la denuncia de Iberdrola a Repsol: “Y el hartazgo llega a los tribunales”
A mediados de enero, el discurso del consejero delegado de Repsol en el foro de Davos (Suiza) reabrió la caja de los truenos en la relación entre el Gobierno y la petrolera. Josu Jon Imaz acababa de deslizar que la forma en la que la Unión Europea estaba abordando la descarbonización era “una aproximación ideológica” y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, respondió con contundencia, acusándole de “negacionsimo y retardismo”. Ni dos meses después de aquello, se inicia un nuevo capítulo de tensión.
“Y llega a los tribunales el hartazgo por el #greenwashing”, ha escrito este martes la número cuatro del Ejecutivo en la red social X (antes conocida como Twitter). No habían pasado ni 24 horas desde que trascendiera la denuncia presentada por Iberdrola ante un tribunal cántabro contra Repsol por esa misma razón: caer, a su juicio, en el ecopostureo, haciendo pasar por verdes actividades que no lo son. “Cuando Repsol se presenta como líder en la transición energética y comprometida con los objetivos climáticos, pese a que la inmensa mayoría de su actividad procede de los combustibles fósiles, está realizando una competencia desleal, al utilizar publicidad engañosa y con ello ilícita, y destinada a influir en la elección de los consumidores”, acusaba la eléctrica.
Esta nueva escalada verbal entre el Ejecutivo y Repsol llega poco después de que el consejero delegado de la petrolera dejase entrever en la presentación de resultados anuales un cambio de tono a mejor en la relación entre ambas partes. “Las cosas han cambiado algo y tengo una visión más positiva que hace unas semanas”, dejó caer Imaz en referencia a la apertura del Gobierno a replantear el gravamen extraordinario sobre las energéticas, descontando las inversiones en descarbonización. “Si tenemos la confirmación de ese giro y un marco predecible, estamos listos para invertir. Vamos a intentar hacer todo lo posible por hacerlo en España si se dan las condiciones”, añadió en la conferencia de analistas. Nada que ver con lo ocurrido en noviembre del año pasado, cuando el presidente de Repsol, Antonio Brufau llegó a amenazar al Gobierno de Pedro Sánchez con llevarse a Portugal o a Francia inversiones de más de 1.500 millones de euros si no cambiaba su política impositiva
Y llega a los tribunales el hartazgo por el #greenwashing.
— Teresa Ribera 🌹 (@Teresaribera) March 19, 2024
Aunque Repsol no tenía el lunes notificación alguna de la demanda de Iberdrola —un escrito de 107 páginas que ha podido leer este diario—, fuentes de la petrolera achacaron la acusación a que la eléctrica “no está acostumbrada a manejarse en un entorno competitivo, sino más bien a depender de las reglas propias de un mercado eminentemente regulado”. “Prueba de ese nerviosismo es la presentación de esta supuesta demanda, carente de fundamento”, sentenciaban.
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