Alcaraz sacrifica Madrid por París

«Creo que es la decisión correcta para no asumir riesgos. El lunes me haré otra prueba. Y a partir de ahí veremos. En una semana intentaré volver a entrenar. No quiero dar nada por hecho, pero creo que para Roland Garros estaremos seguro e intentaremos estar también en Roma (que comienza el 7)», admitía el murciano, que aseguraba que ha aceptado bien no jugar ante su público.

Sobre todo porque los problemas en el aductor de la pierna derecha y los isquios de la izquierda son problemas por los que ya ha pasado, y que no es tan preocupante como la lesión en el antebrazo que sufrió el año pasado por estas fechas. «Esta lesión ya la he vivido, sabemos qué tenemos que hacer. Esta la vamos a superar. El año pasado no sabía cuándo podría volver a golpear por el antebrazo. Y ojalá se dé como el año pasado en Roland Garros», recordaba Alcaraz de esos meses de angustia que lo dejaron sin jugar Montecarlo y Barcelona, forzó para jugar en Madrid -cayó en cuartos- y tuvo que renunciar después a Roma porque se agravó el problema. No obstante, llegó en plenas condiciones a París para levantar su primera Copa de los Mosqueteros.

Su baja en Madrid no afectará demasiado a su ranking, pues solo defendía 200 puntos de los cuartos de final del año pasado, pero todo suma en la clasificación del año y de la ATP, donde se defiende en la primera posición un Jannik Sinner que no siente ningún temor aunque lleve desde febrero sin pisar la competición. Para Alcaraz, los mil puntos de Montecarlo y los 330 de la final de Barcelona es un buen botín, que no tuvo el año pasado, y que sí lo acerca a Zverev, que es segundo en la tabla. Además, cuenta con el colchón de Roma, donde ya estaría Sinner, para poder arañar algo más y aterrizar en París en uno de los dos extremos del cuadro final.

Por ahora, el italiano comanda la tabla con 9.730 puntos, y por detrás lo siguen Zverev (7.995 y podría llegar a los 8.985 si gana el torneo) y Alcaraz (7.850).

El próximo 5 de mayo, Alcaraz cumplirá 22 años y en este trayecto, ha conquistado 18 títulos, cuatro de ellos Grand Slams. Pero también se ha ido llenando de cicatrices en el viaje: tobillo izquierdo, columna vertebral, desgarro abdominal, zona lumbar, pronador redondo del antebrazo. Muchas de ellas de carácter muscular propia de la exigencia del calendario, como indicaba el español: «Cambiar de superficie y doce partidos y diez días -campeón en Montecarlo y final en Barcelona-, sin descanso y estar al cien por cien de una semana a otra no es fácil. El calendario es muy apretado, tienes que jugar al más alto nivel semana tras semana y a veces tienes que mirar hacia ti mismo».

Incluso Novak Djokovic, que sí estará el sábado en su estreno en la Caja Mágica, comprendía la decisión de Alcaraz: «Su baja no es una buena noticia para el torneo. En los últimos dos, tres años, Carlos ha sido la estrella aquí, con el público español, que le da mucha fuerza para jugar bien. Pero ganó en Montecarlo y luego jugó dos días después en Barcelona y llegó a la final. Físicamente es normal que tenga algunos problemas». Espera librarse de ellos para París, aunque sea sacrificando Madrid, donde aspiraba a lograr el triplete. «Volveré más fuerte».