Muere a los 61 años Steve Albini, icono del rock independiente y productor de Nirvana

Steve Albini ha muerto a los 61 años por un ataque al corazón, según confirman a EL MUNDO fuentes de Primavera Sound, el festival barcelonés en el que actuaba cada año al frente de su grupo, Shellac.

La inesperada muerte del guitarrista, cantante y productor ha causado un enorme impacto en el rock independiente de EEUU, donde durante cuatro décadas fue el productor más importante y el gurú moral de la ética indie.

Albini se formó en el punk-rock underground de EEUU de los años 80 y se dio a conocer en 1988 con la producción del primer disco de Pixies, Surfer Rosa. La fama mundial le llegó cuando grabó In Utero, de Nirvana, en 1993, el mismo año en el que también grabó el disco de PJ HarveyRid of Me.

Steve Albini  Shellac
Steve Albini (primero por la izda), junto a sus compañeros de Shellac.

No hay nadie que haya tenido tanta relevancia en el rock underground de EEUU en la últimas cuatro décadas, y no se debe a los discos icónicos y de los artistas gigantes que grabó. Con su trabajo diario al frente del estudio de grabación de Chicago Electrical Audio, que dirigía desde 1995, ayudó a cientos y cientos de grupos y artistas a grabar con calidad óptima y precio asequible.

Paralelamente, y como un pasatiempo, formó en 1992 el grupo Shellac junto al batería Todd Trainer y el bajista Bob Weston. Albini había lanzado pedradas sonoras en los 80 con Big Black y con otro proyecto más efímero, Rapeman, que en inglés significa Violador, algo que resume bien su concepción de lo que debía ser el artista de punk-rock: un agitador, un malabarista del shock, un provocador de la conciencia moral mayoritaria. Un bruto. Un salvaje.

Nunca modificó su mentalidad ni su lenguaje, y en los alternativos años 90 adquirió un estatus casi mítico como faro ético de la escena independiente. Sus entrevistas repletas de descalificaciones incendiarias sobre grupos vendidos y algunos artículos feroces sobre la integridad y el valor de la música sin fines comerciales se convirtieron en catecismo para cualquier grupo encerrado en un local de ensayo mohoso. Fue el portador de la palabra punk-rock, y solo en los últimos años había suavizado un poco sus formas.