El Supremo da un duro varapalo al fiscal general y anula el ascenso de Dolores Delgado
Varapalo mayúsculo del Tribunal Supremo a la ex ministra de Justicia y ex fiscal general del Estado, Dolores Delgado, y a su sucesor, Álvaro García Ortiz, máximo representante del Ministerio Fiscal en la actualidad.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Alto Tribunal ha anulado este jueves el ascenso de Delgado a fiscal de Sala. El Supremo estima parcialmente el recurso del fiscal Luis Rueda, quien impugnó el real decreto de nombramiento de Delgado como fiscal de Sala de lo Militar. El Supremo aprecia desviación de poder en el nombramiento y ordena retrotraer las actuaciones.
Aunque en la actualidad la ex ministra ostenta el cargo de fiscal de Sala de Memoria Democrática y Derechos Humanos la decisión del Alto Tribunal también supone de facto la pérdida de ese cargo al no ostentar ya la categoría de fiscal de Sala.
La ex ministra de Pedro Sánchez fue promovida por su mano derecha, el fiscal general Álvaro García Ortiz, como fiscal de Sala togada dos meses después de haber renunciado a encabezar el Ministerio Público por motivos de salud. García Ortiz adoptó esta decisión tras la celebración de un Consejo Fiscal donde se mostró la división ante el citado nombramiento. El fiscal general optó por ascender a su predecesora en el cargo, quien paradójicamente lo había promovido a él mismo a fiscal de la máxima categoría de la carrera dos años antes.
Por su parte, el fiscal Rueda, que contó con más apoyos dentro del Consejo Fiscal que Dolores Delgado, solicitaba en su demanda la anulación del nombramiento incidiendo en la especialización de la que goza en materia jurídico militar frente a Delgado. El fiscal del Tribunal de Cuentas hizo la oposición de jurídico militar y lleva más de treinta años impartiendo clases en la citada jurisdicción.
La doctrina consolidada de la Sala Tercera establece que la discrecionalidad en las designaciones de los fiscales de Sala opera cuando la elección se produce entre candidatos de perfiles profesionales parangonables, pero es contraria a Derecho si se aprecia una diferencia abismal entre la trayectoria profesional delos aspirantes.