Bárcenas, Rato o Junqueras: la prisión por la que han pasado multitud de políticos
La cárcel madrileña ha acogido a bastantes nombres relacionados con la política
El primero de los trámites por los que tiene que pasar cualquier nuevo preso es el de la identificación: los funcionarios compueban su identidad, le toman las huellas dactilares, se le hace la reseña fotográfica y se le abre un expediente personal, que incluye la asignación del que se conoce coloquialmente como 'DNI penitenciario', que no es otra cosa que el Número de Identificación por Seguridad (NIS), un identificador único para cada interno que le acompañará a lo largo de toda su vida en la cárcel. Su utilización es imprescindible para hacer cualquier trámite dentro de la cárcel.
A continuación se debe pasar otro trámite, desagradable pero imprescindible por seguridad: el cacheo para evitar que se introduzcan objetos peligrosos –obviamente, una posibilidad remota en el caso del exsecretario de Organización del PSOE– y el registro de sus efectos personales. En el caso de que lleve objetos prohibidos, se le retiran y se le da un recibo para que los recupere cuando salga en libertad o bien se entreguen al familiar que designe.
Tras esas revisiones, el interno es trasladado a una celda del módulo de ingresos, a la espera de que la dirección del centro le asigne otro de acuerdo con sus características personales y el tipo de delito cometido. También se le entrega la ropa de cama y los artículos de higiene imprescindibles.
Antes, Santos Cerdán fue sometido a un primer reconocimiento médico para comprobar su estado de salud, durante el cual el facultativo le ha preguntado sobre su historial, si sufría algún tipo de patología y si estaba siguiendo algún tratamiento para evitar su interrupción por el ingreso en prisión. Si en ese examen se detecta alguna patología especial que lo requiera, quedaría ingresado en el módulo de enfermería.
Dadas las características del nuevo interno de Soto del Real, un preso primario al que se investiga por delitos de 'cuello blanco', lo que se suele hacer es que un trabajador de la prisión se entreviste con el recluso para explicarle qué es lo que va a sucederle a partir de ese momento, cuál es el régimen de vida que va a llevar dentro de la cárcel y también cuáles son sus derechos y obligaciones. En estas conversaciones, más aún cuando se trata de alguien como Cerdán, ajeno por completo al mundo penitenciario, también se intenta minimizar el fuerte impacto emocional que supone una situación como esa.
El exsecretario de Organización del PSOE también se ha entrevistado, o va a entrevistarse, con otros profesionales del centro, y entre ellos es muy relevante el psicólogo de la cárcel, que debe pulsar su estado anímico. Es él quien decide si es necesario que el interno tenga algún tipo de apoyo externo.
Superados todos estos trámites, la dirección del centro es la que le asigna el módulo en el que va a pasar su estancia en prisión. Lo normal es que la decisión se tome mañana, el miércoles a más tardar, y se le asignará uno acorde con sus características: es decir, ocupado por personas poco conflictivas y que no han cometido delitos violentos.