El Reloj del Apocalipsis se mantiene a 90 segundos de la medianoche, lo más cerca que ha estado del fin del mundo

Hace un año, el famoso Reloj del Apocalipsis, una herramienta simbólica creada en 1947 por un grupo de científicos para que el mundo no se olvide del enorme riesgo que suponen las armas atómicas, marcó su récord de peligrosidad al situarse a sólo 90 segundos del fin del mundo. Cuanto más cerca sitúen las manecillas imaginarias de las 12 de la medianoche, más riesgo hay de una gran catástrofe que amenace la supervivencia de nuestra especie, según el criterio del Boletín de Científicos Atómicos, que es el organismo que está detrás de esta iniciativa que desde 2007 incluye también los riesgos medioambientales y tecnológicos.

La Guerra en Ucrania fue la principal razón que les llevó a mover en 2023 las manecillas imaginarias de este reloj tan cerca del final, y más cerca de lo que había estado nunca. Normalmente se actualiza este reloj cada dos años, pero en los últimos años está habiendo actualizaciones cada año (en 2020-2021-2022, 2023 y 2024) tanto por la pandemia como por las guerras. 2024 no pintaba bien, como se ha confirmado este martes. Con ese conflicto aún vivo y sin visos de que vaya a acabar pronto, la guerra en Gaza ha encendido también la situación en Oriente Próximo. Por eso, los científicos han decidido mantener el reloj a 90 segundos de la medianoche. "El riesgo continúa", han señalado los científicos.

Según han detallado, su decisión se basa "en gran medida (pero no exclusivamente) en los peligros derivados de la guerra en Ucrania", pues "la invasión rusa de Ucrania ha aumentado el riesgo de uso de armas nucleares y ha planteado el uso de armas biológicas y químicas", además de "paralizar la respuesta mundial al cambio climático" y "obstaculizar los esfuerzos internacionales para abordar otras preocupaciones globales".

Los científicos advierten de que la guerra en Ucrania puede entrar en otro año "aterrador, con ambas partes convencidas de que pueden ganar". Tal y como argumentan, "están en juego la soberanía de Ucrania y los acuerdos de seguridad europeos que se han mantenido en gran medida desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Además, la guerra de Rusia contra Ucrania ha planteado profundas dudas sobre cómo interactúan los estados, erosionando las normas de conducta internacional que sustentan las respuestas exitosas a una variedad de riesgos globales. Y lo peor de todo es que las amenazas veladas de Rusia de utilizar armas nucleares recuerdan al mundo que la escalada del conflicto (por accidente, intención o error de cálculo) es un riesgo terrible. La posibilidad de que el conflicto se salga del control de cualquiera sigue siendo alta".

Según destacan, "Rusia ha llevado la guerra también a los reactores nucleares de Chernobil y Zaporizhzhia, violando los protocolos nucleares, con el riesgo de fugas de materiales radiactivos". Los esfuerzos del Organismo Internacional de Energía Atómica para que se mantenga la seguridad en estas centrales nucleares han sido hasta ahora rechazados, señalan.

Inteligencia artificial

En lo que respecta a los riesgos tecnológicos, consideran que "el avance más significativo en el espacio de la tecnología disruptiva el año pasado fue el espectacular avance de la inteligencia artificial (IA). La sofisticación de los generadores de texto basados en grandes modelos de lenguaje, como GPT-4, llevó a algunos expertos respetados a expresar preocupación por posibles riesgos existenciales que surjan de nuevos avances rápidos en este campo". Sin embargo, los expertos del Boletín de Científicos Atómicos consideran "que este punto es muy controvertido", y recuerdan que "otros expertos argumentan que el potencial de riesgo existencial relacionado con la IA es altamente especulativo y distrae la atención de los riesgos no existenciales reales e inmediatos que la IA plantea hoy".

El Reloj del Apocalipsis se actualiza periódicamente
El Reloj del Apocalipsis se actualiza periódicamenteCarolyn KasterAP

Los científicos reconocen que la IA "tiene un gran potencial para acelerar los procesos de corrupción y desinformación", lo que puede dificultar "que el mundo afronte eficazmente otras amenazas urgentes, como la guerra nuclear, las pandemias y el cambio climático". Asimismo, destacan cómo se están extendiendo los usos militares de la IA en tareas de inteligencia, vigilancia o entrenamiento y muestran una especial preocupación por las armas letales autónomas, que puedan identificar y destruir objetivos sin la intervención humana. "Estados Unidos está aumentando drásticamente su uso de la IA en el campo de batalla, incluyendo planes para desplegar miles de sistemas de armas autónomos (aunque no nucleares) en los próximos dos años".

Otro motivo de preocupación, añaden, es que la combinación de la IA con otras tecnologías, como los sensores para hacer análisis en tiempo real, está ayudando a regímenes autoritarios a vigilar las actividades de sus ciudadanos, a perseguir a disidentes y a manipular a la opinión pública: "China es líder en autoritarismo digital. En abril de 2023, el Departamento de Justicia de EEUU acusó a 34 agentes de policía de la República Popular China de utilizar miles de cuentas falsas de redes sociales para acosar a disidentes que viven en EEUU Rusia también es un proveedor activo de desinformación, difundiendo narrativas falsas y engañosas sobre su guerra en Ucrania de diversas formas, incluso a través de sitios web que se hacen pasar por organizaciones de noticias internacionales".

Sin embargo, ven también aspectos positivos: "Afortunadamente, muchos países están reconociendo la importancia de regular la IA y están comenzando a tomar medidas para minimizar su potencial dañino. Estos pasos iniciales incluyen un marco regulatorio propuesto por la Unión Europea, una orden ejecutiva del presidente estadounidense Joe Biden, la Declaración de Bletchley respaldada por 28 países y la Declaración Política sobre el uso militar responsable de la inteligencia artificial y la autonomía respaldada por 51 estados".

El cambio climático es otro de los capítulos de "gran preocupación" pero también aquí hay lugar para el optimismo. Así, aunque 2023 ha sido un año en el que ha habido grandes impactos climáticos como incendios forestales masivos, grandes inundaciones y largas olas de calor, destacan el impulso que ha cobrado la transición a la energía limpia en términos de implementación, inversión y políticas relacionadas con la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.

Un semáforo del riesgo nuclear desde 1947

El Reloj del Apocalipsis o del Juicio Final (Doomsday Clock, en inglés) se puso en marcha en 1947, dos años después de la finalización de la II Guerra Mundial y cuando la humanidad hacía frente aún a los estragos del conflicto. En aquella ocasión, el reloj estuvo a siete minutos de la medianoche. En 1953, se situó a dos minutos del final del mundo debido a las pruebas realizadas con armamento nuclear y con la bomba H.

El año más tranquilo para la humanidad fue 1991, cuando el final de la Guerra Fría entre EEUU y la URSS llevó a este grupo de científicos a situar el reloj a 17 minutos de la medianoche.