La brecha del IBI en España: hasta 324 euros de diferencia por habitante en el impuesto estrella de los ayuntamientos

La carga fiscal que soportan los españoles por tener una vivienda en propiedad varía considerablemente de una ciudad a otra. La brecha del conocido como IBI -el Impuesto sobre Bienes Inmuebles- alcanza nada menos que los 324 euros por habitante. Un gap que se explica no sólo porque unos ayuntamientos aplican tipos impositivos más elevados que otros, sino también porque la cuota se aplica sobre el valor catastral del propio inmueble y éste depende de factores como la localización, el valor del suelo y de la construcción o las circunstancias urbanísticas de la zona.

Por ello, el mejor indicador para medir la presión fiscal del IBI son los ingresos por habitante que recaudan los ayuntamientos por este impuesto. Y el mapa que dibuja es el siguiente: Madrid es la capital de provincia que más recauda por esta figura tributaria, en concreto, 470,6 euros por habitante en 2023; y Pamplona, la que percibe menos ingresos del IBI, apenas 146,4 euros por ciudadano. Ahí está la brecha de 324 euros. La segunda capital que más recauda es Barcelona (449,2 euros), mientras la parte baja de la tabla continúa con Bilbao (161,2 euros por habitante).

Son datos recopilados por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) -el órgano especializado en fiscalidad del Consejo General de Economistas-, que en un completo informe difundido ayer deja constancia de que el IBI es, de largo, el impuesto por el que más recaudan los ayuntamientos. En concreto, de media, acapara el 66% del total de los ingresos por impuestos locales.

Con todo, los municipios tienen la capacidad de establecer tipos impositivos dentro de unos márgenes mínimos y máximos que fija la ley estatal, así como exenciones y recargos, por lo que la recaudación obtenida está directamente relacionada con las cuotas que impone cada ayuntamiento. Así, el municipio con el IBI más elevado en 2023 fue Gerona, con una tasa del 1,005%, mientras Zaragoza y Santander presentaron los tipos más bajos (del 0,4% en ambos casos). En consecuencia, mientras en Santander o Zaragoza se pagan de media 400 euros de cuota tributaria por un inmueble de un valor catastral aproximado de 100.000 euros, en Gerona esa cantidad se dispara hasta los 1.005 euros. Una diferencia de 605 euros que escala hasta los 1.815 euros si el valor catastral es de 300.000 euros.

En su informe, el REAF también constata que entre 2018 y 2023 el Ayuntamiento de Gerona es el que más ha subido la cuota de IBI, ya que el recibo para una vivienda con valor catastral de 100.000 euros se ha encarecido 98 euros; mientras, los de Palma de Mallorca y Barcelona son los que más la han bajado (95 euros en el primer caso y 90 euros en el segundo).

«No encontramos un patrón de comportamiento en los municipios en cuanto a su estrategia fiscal en el IBI tras la pandemia, si bien podríamos afirmar que, generalizadamente, se ha mantenido o reducido el tipo impositivo en la mayoría de capitales de provincia; en concreto, de las 46 capitales de provincia (excluidas Ceuta y Melilla), en 14 de ellas no se ha modificado la cuota resultante y en 24 se ha reducido», indican los fiscalistas en su análisis.

Más allá del IBI, el informe detalla que en el ranking tributario municipal, incluidos todos los impuestos locales que recaudan los ayuntamientos, como el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) o el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), la diferencia en la factura fiscal llega a alcanzar los 566 euros por ciudadano. En Madrid, que es el municipio en el que más impuestos locales se pagan, se satisfacen 1.001 euros por habitante; mientras, en Pamplona, la ciudad con menor presión fiscal, se pagan sólo 435 euros.