El PP divide al Gobierno con su ofensiva social: Sumar sí acepta debatir las medidas
El Partido Popular registró ayer su proposición de ley de Conciliación en el Congreso e hizo mella en el Gobierno provocando un nuevo distanciamiento entre los dos socios de coalición. El impulso a la agenda social en el que ahora busca hueco el PP ha abierto una guerra de banderas que todos quieren patrimonializar.
Conciliar la vida laboral y familiar, reducir el tiempo de trabajo y fomentar la política de vivienda son los tres ámbitos en los que ahora compiten las fuerzas políticas a sabiendas de que son terrenos en los que cunde la insatisfacción de los ciudadanos, principalmente la de los votantes jóvenes y, evidentemente, nichos en los que se pueden captar votos.
El registro de la proposición de ley de los populares ha tenido como virtud agitar definitivamente el tablero y el debate con la vista puesta en la aprobación de nuevas políticas de marcado carácter social. Desde el PP se afirma que su propuesta está abierta a la negociación y en ese sentido se dispone a contactar con todos los grupos parlamentarios para tratar de llegar a un consenso. Las conversaciones correrán a cargo de la vicesecretaria de Igualdad y Conciliación del partido, Ana Alós.
Es en relación con este propósito donde han surgido las diferencias entre las dos alas del Ejecutivo. El PSOE ha rechazado la proposición del partido de Alberto Núñez Feijóo, incluso antes de conocerla con detalle, en tanto que en Sumar se han mostrado satisfechos de que el PP se sume a una hoja de ruta social en la que ellos siempre se han considerado avanzadilla.
Los socialistas, tanto desde el Parlamento como desde el Gobierno, han reaccionado a la defensiva, mientras que en Sumar han optado por dar la bienvenida al «rival político» a un terreno en el que se sienten cómodos y que a menudo, con más o menos fortuna, han liderado. Íñigo Errejón, su portavoz en el Congreso, constata las diferencias que existen entre las propuestas del PP y las de su formación pero asegura estar «encantado» de que el debate se ponga sobre la mesa para poder «contrastar modelos».
Fuentes de Sumar reconocen que tuvieron un debate interno sobre cómo abordar este giro del PP hacia cuestiones sociales y explican que se contempló la opción de atacar al partido mayoritario en el Congreso por su «posición hipócrita». Aun así, en el equipo de Yolanda Díaz defienden «estar de acuerdo en que eso es de lo que hay que hablar», pese a la distancia de sus planteamientos, y añaden que para ellos es «bueno» porque han logrado situar en el centro del debate los temas de los que han hecho bandera durante años, incluso arrastrando al PSOE.
La interpretación que hace el socio minoritario de la coalición es que los de Feijóo «no pueden seguir contándole a su gente que el Gobierno está a punto de caer» y que han asumido ya que «la legislatura será más normal de lo que habían esperado, aunque la correlación de fuerzas sea la que es». «Que haya una discusión pública hace que todo el mundo se mueva», valoran en alusión implícita al gesto de Pedro Sánchez, que incluyó una visita a una promoción de vivienda asequible durante su estancia el lunes en Barcelona.
Por el contrario desde el PSOE se ha reaccionado tachando las propuestas del PP de «fake», en palabras del portavoz parlamentario, Patxi López o de «meme», según la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Los socialistas trataron incluso de reforzar su mensaje de oposición al plan popular sobre permisos de natalidad enviando a los medios unas declaraciones enlatadas de la ministra Ana Redondo hablando en su calidad de secretaria de Igualdad del partido. «El PP llega tarde y mal a la conciliación y a la corresponsabilidad sencillamente porque no creen en la igualdad, no creen de fondo en lo que suponen las políticas de igualdad», recalcó Redondo usando el argumento de la «hipocresía» rechazado por Sumar. Para el PSOE, el objetivo de la proposición de ley del PP no es otro que el de tratar de «blanquear su historia contraria a la igualdad».