«Después de Madrid y Barcelona, tenemos a Sevilla. Para Bodegas Emilio Moro, la relación con una ciudad como Sevilla, marcada por la cultura, la naturaleza y el patrimonio que le da forma, es prioritaria. El vínculo que tenemos con la ciudad es muy especial debido a su gastronomía única, sumado a su fuerza dentro del mercado. Todo ello hace que Bodegas Emilio Moro tenga como objetivo seguir creciendo en él gracias a todos nuestros clientes», indicó Javier Moro.
También Luis Galán, director general del Grupo Viñafiel, fue rotundo ante sus clientes, los hosteleros sevillanos: «Es un orgullo que Bodegas Emilio Moro sea nuestra marca líder en el sector del vino en Sevilla. Son 20 años los que llevamos trabajando juntos, mano a mano, y la calidad de sus productos se ve reflejada en la fidelidad de la hostelería de la ciudad».
Nuevo vino rosado de Emilio Moro
Pero la visita de Javier Moro dio para mucho más. Para empezar, para presentar en sociedad «un capricho» suyo que se aleje de las versiones que saben a golosina, como él mismo reconocía sin tapujos. Se trata de el primer rosado de la bodega, el cual llega bajo el nombre de Elalba de Emilio Moro: «En nuestra empresa creemos en las nuevas oportunidades, y Elalba de Emilio Moro representa precisamente eso: una oportunidad para seguir innovando y trascender nuestras fronteras».
Y en segundo lugar, para hacer una radiografía de cómo está el sector. Así, en un almuerzo con los medios de comunicación en Casa Robles (maridado con blanco La Revelía 2022 de uvas Godello/ D.O. Bierzo, tinto Bestizo 2024 de uvas Mencía/D.O. Bierzo, tinto Emilio Moro Vendimia seleccionada 2023 de uvas Tempranillo/D.O. Ribera del Duero, tinto Malleolus de Valderramiro 2021 de uvas Tempranillo/D.O. Ribera del Duero y tinto Emilio Moro Clon de la familia 2018 de uva Tempranillo/D.O. Ribera del Duero), Javier Moro fue respondiendo sin reticencias las preguntas de los periodistas durante una charla distendida durante el almuerzo. Y ahí esbozó el gran reto que tienen por delante: conseguir vinos de menor graduación. ¿El motivo? Acercarse al público joven, a las nuevas generaciones: «Hay que hacer vinos elegantes, fáciles de beber, los chavales se cuidan, quieren menos alcohol. Tenemos que hacer vinos divertidos. Hay que ir con ese consumidor. ¿Quién tiene bodegas en casa con medio millón invertido? Muy pocos. A la gente ya no le interesa eso. Para consumir vinos 'duros' hay que esperar 10 años, algo que no interesa a los chavales. Tenemos que hacer más sencilla la cultura del vino».
El peso del enoturismo y la llegada de la IA
Entre comentarios sobre el crecimiento que está teniendo el vino blanco, «que se ha acercado a la gastronomía», y objetivos a medio plazo como «bajar el peso de las botellas, que ahora pesan hasta 1.200 gramos, y queremos reducirlo por la huella de carbono», Javier Moro también se refirió a la importancia que tiene y, sobre todo va a tener, el enoturismo para las bodegas de vino. Tal es así que en Emilio Moro están inmersos en una reforma de su bodega a cuatros años vista: «Estamos volcados en el enoturismo, vamos a hacer una inversión de 50 millones de euros para adaptar nuestras instalaciones a este sector que cada vez es más demandado».
Y también habrá novedades en la relación a la Inteligencia Artificial (IA), con la cual ya está trabajando Bodega Emilio Moro para tener una propia con el fin de incluirla como una variante más para su trabajo del día a día: «Pronto tendremos novedades al respecto, llevamos un tiempo trabajando en ello. Es una herramienta que todavía no está explotada al cien por cien en nuestro sector y creemos que puede servirnos para crecer. Estamos inmersos en un momento de innovación».