El Gobierno enfría la esperada rehabilitación del Museo Arqueológico de Córdoba
El estudio del arquitecto Fernando Pardo, prestigioso especialista en la reforma de museos de esta índole tanto en España como en otros puntos del mundo (Egipto sin ir más lejos) concluyó su trabajo hace unos meses tras un primer avance en 2023 ganador y del proyecto básico al remate de la propuesta que se debe ejecutar, y que rondaba los 9 millones de euros hace un año. Mientras Pardo Calvo daba sus últimos retoques en el Ministerio de Cultura no tenían reparo a instancias de una pregunta en el Senado por parte del PP de ofrecer una especie de cronograma sobre uno de los rincones más potentes en lo patrimonial e histórico de Córdoba, y bajo el cual se encuentra el teatro romano de la Corduba Patricia, que se ha llegado a comparar con el de Mérida.
El departamento que dirige Ernest Urtasun planificó el año pasado la petición de licencia de obras en la Gerencia de Urbanismo para el primer trimestre; la finalización del proyecto de ejecución para el según do; los trámites de contratación de la obra para el tercero; adjudicación e inicio para las postrimerías de 2024. Pero como si se trata de un cuento infantil, era demasiado bonito para que fuera verdad.
Sin Presupuestos Generales del Estado
Aunque ABC ha requerido en varias ocasiones las explicaciones oportunas al Ministerio de Cultura para elaborar esta información, éste no ha querido pronunciarse al respecto de los retrasos e incumplimientos que ya arrastra un proyecto muy esperado y que puede ser emblemático.
Lo que sí ha podido constatar ABC por fuentes oficiales y próximas a la actuación es que el gabinete arquitectónico entregó su trabajo -si bien se desconocen si ha habido cambios respecto al primer avance conocido- y, sobre todo, el malestar reinante en la Junta de Andalucía, que es la administración que gestiona el museo y que a estas alturas desconoce los detalles del proyecto. Y todo ello pese a que por dos veces los responsables de Cultura en Andalucía y del Museo Arqueológico se han puesto en contacto con el Ministerio requiriendo una información que no llega. La última, la pasada Navidad y en la que la respuesta del equipo de Urtasun fue que convocarían una reunión en enero en Córdoba para abordar estos detalles. No se ha llevado a cabo.
La actuación enfila como otras en Córdoba la vía muerta y sufre las claras consecuencias de unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) prorrogados desde 2023 y sin visos, por ahora, de que se vayan a aprobar para 2025. Las últimas noticias que hay en el papel oficial del Ministerio de Hacienda es que en ese ejercicio de 2023 -el último con cuestas aprobadas- el Arqueológico disponía de 100.000 euros de partida reservada y una programación pluiranual que llegaba a 2027 con un sumatorio de 12 millones de euros para rematar proyecto y ejecutar obra.



Esas cuentas no salen. El proyecto, por el que se ha pagado al arquitecto Pardo Calvo 570.515 euros, se ha entregado y el coste de los trabajos derehabilitación de la casa de los Páez de Castillejo se quedó en una cifra aproximada a los 9 millones de euros. Si ya en aquella respuesta en el Senado al PP de principios de 2024 se dejaba claro que todo estaba sujeto a la disposición de crédito, la ausencia de manual presupuestario en 2024 y las dudas en lo concerniente al actual siembran aún más sombras sobre el futuro de esta intervención en plena zona, además, Patrimonio de la Humanidad en Córdoba.
Claves de la reforma del Arqueológico
La rehabilitación del palacio de los Páez de Castillejo supondrá ganar 2.300 metros cuadrados para exponer los más de 33.4000 registros de que dispone 'in situ'. El trabajo de Fernando Pardo pretende que sea un «contenedor y lugar de presentación y estudio de las colecciones del Arqueológico». No en vano, estos trabajos se acometerán, en buena medida, para que el Museo tenga más espacio disponible, dados sus enormes fondos. Hay que recordar en este punto que la Consejería de Cultura cuenta con el edificio del Silo, en la zona de Poniente Norte, como almacén con más de 35.0000 cajas de materiales arqueológicos procedentes de las excavaciones urbanas y cerca de 15.000 piezas sueltas de gran tamaño (mosaicos entre ellas).
Pardo postula una actuación que deberá «respetar la condición artística e histórica» del palacio y de acuerdo a la normativa actual, «actuando y restaurando los elementos esenciales de su estructura original» para unirlo al ala del Museo Arqueológico ya existente. El ala contigua que fue inaugurada en 2011 y tras convocarse un concurso de ideas en 1998. «Buscamos un elemento edificatorio que pueda intuirse como unitario en su funcionalidad y presencia en la ciudad», recogía en su avance el arquitecto.
Un elemento llamativo va a ser la cubrición de los patios del palacete renacentista. El responsable de dar forma a la remodelación plantea emplear un sistema sin ánimo de protagonismo, con un diseño de vidrios moldeados de sección semicircular configurando un gran espacio expositivo continuo. Serían de «vidrio doble aislante» y generarán «una evocación del lenguaje arquitectónico cercano».
Otra novedad que incluye el proyecto es habilitar un jardín arqueológico en el patio Norte, que tiene 910,4 metros cuadrados. En él, quedaron vestigios del teatro romano sin tratar. Para generar este singular área sería necesario un gasto de 330.600 euros que ya habrán elevado sus números Ese dinero irá a crear el recinto arqueológico (adecuación de muros perimetrales) o a montar estructuras de acero galvanizado para permitir el recorrido y la observación a diversas alturas de los restos existentes.
Funcionalidad moderna
El acondicionamiento de un inmueble histórico como éste del siglo XV y ya retocado en el siglo XVI por Hernán Ruiz atraerá otra parte importante de la inversión. Se busca una transformación moderna en elementos como su seguridad (protección contra incendios; medidas de extinción automática o alarmas), climatización -fundamental, ya que será un espacio expositivo- o sus instalaciones eléctricas y de iluminación. En esos tres capítulos podría irse un 25-30% del coste total.
En esta funcionalidad moderna que se buscar dispondrá de cafetería, zona de servicio a visitantes, lugares para el acceso de investigadores o personal del museo y los sistemas de apoyo que se precisan. El edificio no tiene ascensor (se quieren colocar tres) y es preciso adaptarlo, en lo posible, a la normativa de personas con problemas de movilidad.
A los 910,4 metros cuadrados del jardín arqueológico hay que sumar otros 1.558 en la planta baja; 1.358 en la primera y 416 en la última sobre los que se actuará. Como nuevas áreas de exposición aparecen 2.238 metros cuadrados, cuando el recinto museístico cuenta ahora con 2.900 metros cuadrados en el ala inaugurada en 2011. La casa palaciega esta organizada en tres grandes patios (en realidad tiene seis), pero dispone de una serie de salas pequeñas que no se corresponden con la organización espacial de un museo.