El «infierno fiscal» se transforma en un cerco multilateral al Gobierno a cuenta del salario mínimo

La controvertida decisión del Ministerio de Hacienda, gravar por primera vez el salario mínimo interprofesional con el impuesto sobre la renta a las personas físicas (IRPF), ha terminado transformada en una suerte de cerco multilateral al PSOE, con el PP, Vox, Junts y Podemos compartiendo ariete. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de Sumar, se esforzaba en su escaño por no gesticular durante las siete preguntas que ha tenido que contestar María Jesús Montero, quien acumulaba las que se aplazaron la semana pasada, cuando, el día después del choque entre los socios de coalición, fue baja por una repentina fiebre.

«Nos alegramos de su pronta recuperación y de que hayan recuperado usted y Díaz su amistad», le ha dicho la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, a la ministra de Hacienda, después de que las vicepresidentas Montero y Díaz se fundiesen en abrazos y besos el lunes, en el teatro Monumental de Madrid. Entre ellas, este miércoles, había hielo, pese a los esfuerzos por explicitar una sintonía; una unidad rota por una discrepancia ideológica ante la que ninguna de las dos partes, a día de hoy, parece dispuesta a dar su brazo a torcer.

Antes de intervenir ambas, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han cumplido con su cara a cara semanal, pero este parecía un trámite. Como dos teloneros, Feijóo y Sánchez han preparado el terreno para el examen de Montero con acusaciones cruzadas, esta vez, por los perceptores del salario mínimo interprofesional. Su sueldo sube este 2025 a los 1.184 euros mensuales, cincuenta más que hasta ahora, pero, por primera vez, tendrán que tributar el IRPF.

(INFORMACIÓN EN ELABORACIÓN)