El Papa castiga sin sueldo ni apartamento al cardenal Burke por crear «desunión»>

A pesar de que Burke es un arzobispo católico de gran cultura teológica y espiritualidad, a menudo lanza desconcertantes mensajes críticos contra el Papa Francisco. Por eso, no ha sorprendido en Roma que, pocos meses después de su jubilación, se le retire el privilegio de usar gratis un apartamento de la Santa Sede en Roma y deje de recibir un sueldo.

La decisión fue revelada por la publicación filo tradicionalista italiana «La Bussola Quotidiana», con la que el cardenal Raymond L. Burke mantiene estrechas relaciones. Según su reconstrucción, el Papa Francisco la habría comunicado públicamente durante la reunión que mantuvo con jefes de dicasterio de la Curia Vaticana el pasado 20 de noviembre.

Según reconstruyen también otros medios de comunicación en Italia, el Papa habría explicado que el motivo es la «desunión» que impulsa el purpurado, pues se comporta como un «enemigo» del Pontífice; y que está usando ese apartamento y ese salario concedidos por la Santa Sede precisamente contra la Iglesia.

El apartamento está en Via Rusticucci, a pocos pasos de la plaza de San Pedro. No está claro el sueldo que le corresponde en cuanto ex alto cargo de la Curia, pero probablemente dejará de recibirlo. El cardenal conoció la decisión informalmente mientras está en EE.UU., pero no ha recibido ninguna notificación oficial.

Crítico con el Papa Francisco

Mas que una represalia por sus opiniones, la medida se refiere a la tenacidad con la que el cardenal participa en iniciativas públicas de grupos hostiles a Francisco. En octubre, mientras el Papa impulsaba el sínodo, él inauguró con una crítica conferencia en el encuentro «La Babel sinodal». En 2018, participó junto a otro purpurado, Walter Brandmüller, en la conferencia 'Iglesia católica, ¿a dónde vas? Solo un ciego puede negar que hay una gran confusión en la Iglesia'.

Pero al Papa le ha molestado especialmente su papel protagonista en publicación de cinco 'dubia' presentadas por Burke y otros cuatro cardenales a principios de octubre, a pesar de que el intercambio y la respuesta de Francisco se había producido dos meses antes, en el mes de julio. La maniobra, realizada pocas horas antes de que comenzara el Sínodo sobre la sinodalidad, la gran apuesta de esta fase del pontificado, fue interpretada como un intento de reventar esta iniciativa.

Burke ya había participado en una campaña parecida tras la publicación de la exhortación apostólica «Amoris Laetitia», cuando dio a conocer cinco 'dubia' con los que pidió aclaraciones sobre el magisterio del Papa.

Muchos observadores consideran que estas iniciativas se dirigen a denigrar a Francisco, aunque el cardenal, y otros que colaboraron con ellas, han negado contundentemente que esa sea su intención. Otros han recordado a sus firmantes que el responsable de velar por la ortodoxia de la doctrina es el Papa, y no el colegio de cardenales. Naturalmente, desde hace tiempo Francisco ha perdido la confianza en él.

El purpurado no ha respondido públicamente a la medida anunciada por el Papa, pero en su newsletter ha explicado que «nuestro tiempo sufre intensamente los resultados de una enseñanza superficial o incluso errónea de la fe», y habla de «hacer todo lo que esté en nuestra mano para defender nuestra fe católica en cualquier circunstancia en que se vea atacada».

Entre quienes han reaccionado a la decisión del Papa está el ex obispo de Tyler, en Texas, Joseph Strickland, crítico con Francisco, a quien el Papa aparto hace unas semanas del gobierno de su diócesis por problemas de gobierno. «Si esto se confirma, es una atrocidad a la que debemos oponernos. Si se trata de información falsa, debe corregirse de inmediato», publicó en redes sociales.

Nombrado obispo por Juan Pablo II

En 1994, Juan Pablo II nombró Raymond L. Burke obispo de La Crosse (EE.UU.), y nueve años más tarde, arzobispo de San Luis. Benedicto XVI lo fichó en el Vaticano en 2008 como prefecto de uno de los tribunales de la Santa Sede, la Signatura Apostólica, y lo hizo cardenal en 2010.

Francisco lo mantuvo un año y medio en el cargo, pero a finales 2014 lo relevó y le nombró patrono de la Soberana Orden de Malta. A finales de 2016, el cardenal desoyó la solicitud del Papa de resolver de un modo sereno las diferencias entre miembros del consejo de gobierno de la orden, y la situación precipitó en la dimisión del entonces gran maestre Matthew Festing y en la revisión de los estatutos.

Aunque no lo relevó del cargo, el Papa encargó, primero al cardenal Angelo Becciu y posteriormente al cardenal Silvano Maria Tomasi que coordinaran el proceso y en la práctica prescindió de Burke.