Más de 10.000 personas se manifiestan en Mallorca contra el turismo de masas

Más de 10.000 personas se manifestaron este domingo en las calles de Palma para protestar contra el turismo de masas y sus efectos sobre la vida de la población local.

Siguiendo el mismo camino de movilización social que antes recorrieron Canarias, Málaga o Barcelona, y bajo el lema "Cambiemos el rumbo, pongamos límites al turismo", una marea ciudadana convocada por 111 entidades y asociaciones agrupadas en una plataforma llamada 'Menos turismo, Más vida' recorrió por la tarde las principales arterias de la capital balear.

"Pedimos un cambio de modelo para acabar con este crecimiento insostenible", explicó Pere Joan Femenia, uno de los organizadores de la marcha. "Especialmente porque los ingresos turisticos no se redistribuyen y se quedan retenidos en manos de los grandes capitales, mientras la pobreza se ha seguido incrementando".

La marcha reunió a manifestantes de perfil diverso y numerosas familias y contó también con una nutrida presencia de asociaciones de la izquierda sociológica, amalgamando lemas y proclamas no sólo en contra del turismo sino también en contra del capitalismo o a favor de la "sostenibilidad lingüística y cultural". Entre los asistentes, y a título personal, acudieron algunos de los representantes regionales del PSOE, entre ellos el que fue consejero de Turismo balear en la pasada legislatura (2019-2023), así como Vicenç Vidal, diputado y portavoz adjunto de Sumar en el Congreso.

Los manifestantes jalonaron su protesta con infinidad de lemas y pancartas, la gran mayoría de confección casera. "Ya es hora de parar", "no hay suficiente parking para tanto rent a car" o el clásico lema del conservacionismo insular: "Quien quiere Mallorca no la destruye".

Entre las medidas políticas que reclaman los organizadores, la de limitar la entrada de vehículos (medida ya implantada en Formentera) o la de prohibir el alquiler turístico en determinadas zonas del archipiélago.

La manifestación ha encontrado algunas iniciativas espontáneas proturismo como réplica. Así, a la misma hora, y en las calles aledañas a la marcha, un colectivo anónimo repartía pegatinas e información entre los turistas con un contralema: "We love tourism".

"Entendemos que no se puede culpar a los turistas en ningún caso y consideramos que es nuestro deber como ciudadanos mostrar nuestro afecto a los turistas", explicó a este diario uno de los impulsores de la iniciativa, que pidió mantener el anonimato.

La de este domingo ha sido la segunda gran movilización contra el turismo de masas celebrada en Palma en los últimos dos meses. La anterior fue en mayo y reunió a 10.000 personas bajo lemas similares, contrarios a la masificación y haciendo hincapié en los efectos del turisml sobre la problemática de la vivienda.

El debate sobre la saturación turística y poblacional no es nuevo en Baleares. Sociólogos y expertos en demoscopia llevan años alertando de que esta percepción social figura entre las principales preocupaciones de los ciudadanos. Eso a pesar de que el turismo es la principal industria de la región, respaldando un 45% del PIB y siendo el principal tractor en el empleo.

El año pasado, todavía bajo la política turística del Govern que presidía el PSOE, las Islas alcanzaron los 17,8 millones de turistas a lo largo de todo el año, con más de 14 millones de visitantes extranjeros.

Aquella fue una marca nunca antes alcanzada (en 2008 los turistas internacionales rondaban los 10 millones de visitantes) y algunas predicciones apuntan que el dato se rebasará este año. Con todo, no existe unanimidad en el sector turístico en torno a las previsiones para esta temporada, y algunos actores indican que la temporada podría ser menos intensa, acusando el alza de precios y el escenario inflacionista de los principales mercados emisores de turistas, Alemania y Reino Unido. Habrá que esperar al cierre de la campaña estival para conocer los datos.

Sea como fuere, el movimiento de contestación social contra el modelo turístico se ha agitado este año, coincidiendo con la salida de los partidos de izquierdas del poder en 2023 y la llegada al gobierno del PP. La histórica alineación con los partidos de izquierdas de determinadas organizaciones convocantes de manifestaciones como la de hoy han sido un factor acelerador de este movimiento, que sin embargo se ha extendido de forma transversal.

El propio Govern balear que preside Marga Prohens inició la pasada primavera un movimiento político para impulsar y tratar de liderar el debate sobre el futuro del turismo y la reconfiguración del modelo. En una entrevista concedida a este diario, Prohens afirmó que el modelo turístico requiere una reflexión colectiva y se mostró decidida a acometerla, para lo que ha puesto en marcha ya un estudio de los flujos turísticos que midan la saturación y un gran foro civil para buscar soluciones.

El Ejecutivo ha expresado de forma reiterada su "respeto" a los manifestantes aunque les he pedido que no violenten ni incomoden a los turistas en los lugares donde se desarrollan las protestas, pidiendo que se eviten escenas vividas en otras ciudades españolas. La marcha discurrió sin incidentes.