El presidente de Indra se lanza a por Santa Bárbara y cuelga el cartel de 'no se vende' a Minsait
El nuevo presidente de Indra desde finales de enero no quiere perder el tiempo. Y para ello, está poniendo toda la carne en el asador para llevar a cabo todos sus planes, empezando por admitir, tal y como ha ido avanzando en numerosas ocasiones este periódico en época de Murtra en la presidencia, que va a por todas a la hora de comprar la antigua empresa pública española Santa Bárbara, hoy en manos de la norteamericana General Dynamics.
Escribano anunciaba que quiere sus activos para cuadruplicar el tamaño de Indra en los próximos tres o cuatro años. Y no solo los activos, porque Escribano está convencido de que incluso la tecnología que se ha desarrollado en la filial española «debe quedarse en España».
Durante su comparecencia en la Comisión de Seguridad del Congreso, el responsable actual de la empresa que controla junto a su hermano más del 14% del capital, quiere cumplir «el anhelo del Gobierno y de las Fuerzas Armadas de tener una fábrica propia nacional para defensa».
Escribano, que no quiso poner en tela de juicio si se hizo una buena o mala venta de Santa Bárbara hace más de dos décadas, afirma que incluso la tecnología del 'Pizarro', el blindado de cadenas que hizo antes de ser comprada por los norteamericanos, «es de los españoles, no de General Dynamics». «Tiene todo el sentido que eso vuelva a estar en manos españolas, como estuvo en su día», ha remarcado.
Sí reconoció Escribano, tras varios días con informaciones en la prensa, que han habido contactos y se ha ido a comprar los activos de Santa Bárbara con la mejor de las voluntades, «pero si no podemos hacernos con ella, compraremos otra instalación en esa misma zona de Duro Felguera para poder fabricar y competir», anunció.
Generar capacidades de fabricación
El nuevo presidente de Indra tiene el firme objetivo, tal y como explicó en su comparecencia, de poner de nuevo a la compañía a fabricar vehículos para defensa de forma integral, para duplicar la facturación en los próximos cuatro años y llegar a los 10.000 millones en 2028. «Tenemos que volver a generar las capacidades de fabricación que nunca se debieron perder, cambiaron el chip y empezaron a contratar y se perdieron las empresas grandes y sus cadenas de valor, y hay que aprovechar la materia prima española y ponerse a fabricar para tener valor y autonomía estratégica», apuntaba Escribano.
El responsable de la compañía ha admitido que, en estos momentos, la envergadura de Indra, pese a ser una de las mayores de España, se queda en el puesto 35 o 40 a nivel europeo, y eso no le puede pasar a la que es la cuarta economía de Europa.
Al ser preguntado precisamente por los interminables aplazamientos en la entrega de los famosos vehículos blindados 8x8 Dragón, la mayor inversión de la historia del Ejército español, aseguró -como principal socio del consorcio Tess Defence que tiene la adjudicación del proyecto- que está a punto de ser terminado para empezar a hacer las entregas, y que confía que en las próximas semanas, «aunque no es seguro, claro», dijo, estén disponibles 11 unidades.