Claves del avance de la derecha: del discurso contra la inmigración a la absorción de Ciudadanos por el PP
El bloque de la derecha españolista en Cataluña ―PP, Vox y Ciudadanos― no solo se ha reconfigurado en estas elecciones catalanas, con la absorción del electorado de CS por parte de los populares, sino que también ha avanzado en su conjunto. La suma de votos de las tres marcas ha subido un 2,8% respecto a los comicios de 2021, lo que confirma que las derechas no solo resisten sino que van a más en Cataluña. Una de las principales claves de este crecimiento, según interpretan algunos dirigentes territoriales del PP, está en que tanto este partido como Vox han abrazado en la campaña un discurso contrario a la inmigración irregular, vinculándola con la delincuencia. La tesis se refuerza si se tiene en cuenta que también ha irrumpido en el tablero político catalán un nuevo partido de extrema derecha independentista cuyo eje es el discurso xenófobo contra los inmigrantes, Aliança Catalana, que ha logrado dos diputados en el Parlament.
Dentro de la ecuación de la derecha, el PP es el partido con más fuerza, con el 10,97% de los votos, 342.584 sufragios y 15 diputados. Quintuplica los escaños logrados en 2021, aunque no consigue superar el mejor resultado de su historia en unas elecciones catalanas, que firmó en 2012 la candidata Alicia Sánchez-Camacho (12,99% de los votos, 471.197 sufragios y 19 escaños). Unos datos, los de 2012, que sí supera la suma de PP y Vox en las urnas de este domingo: ambas formaciones reciben en conjunto el 18,93% de los votos, 591.138 sufragios y 26 diputados. Una cita en las urnas en la que Ciudadanos obtuvo también representación. En los comicios autonómicos de 2021, la suma del porcentaje de voto del PP y Vox fue del 11,35% (327.574 sufragios y 14 escaños).
En las generales del pasado 23 de julio, el dato aglutinado de ambos partidos fue mayor: un 21,1% de las papeletas, 742.140 votos y 8 diputados al Congreso. Mientras que en las municipales del 28 de mayo el cómputo agregado fue del 13,23% y 397.766 papeletas.

Sobre la subida de los populares, un presidente autonómico del PP defiende que “la inmigración es un problema real de los catalanes”, y de ahí “el resultado de PP, Vox y Aliança Catalana”. Los tres partidos, en efecto, cargaron durante la campaña contra los inmigrantes con mensajes incluso de corte xenófobo que los vinculaban con la delincuencia, un discurso más habitual en Vox y al que el PP terminó subiéndose en la recta final. La cúpula popular puso el foco en asociar la inmigración irregular con supuestos problemas de inseguridad y okupación: el propio Alberto Núñez Feijóo pidió el voto “a los que no admiten que la inmigración ilegal ocupe nuestros domicilios”. El partido de Santiago Abascal, por su parte, insistió en propagar bulos que atizan el miedo con datos manipulados.
El discurso contra la inmigración puede servir para explicar, al menos en parte, por qué por primera vez el crecimiento del PP no es a costa de Vox. Ambas formaciones coinciden, además, en su oposición frontal al procés independentista, aunque los populares han orillado su ofensiva contra la ley de amnistía durante esta campaña. Con todo, el PP ha quintuplicado sus resultados en estas elecciones sin que Vox haya perdido apoyos. Al revés: los ultras también han crecido ―mantienen sus 11 escaños de 2021 pero suben del 7,56% de los votos al 7,96%, con 30.433 papeletas más―. Los populares se comen a Ciudadanos, que desaparece del Parlament menos de siete años después de que Inés Arrimadas ganase las elecciones con 36 escaños.
La suma del PP, Vox y CS (aunque este último se quede fuera de la Cámara) ha conseguido, así, un 2,8% más de porcentaje de voto en estas elecciones y un total de 127.349 papeletas más, hasta agrupar casi el 20% del censo (19,65%). En 2021, el bloque llegaba al 16,85%. Y eso sin contar con Aliança Catalana, que también se encuadra en la derecha ideológica aunque de corte independentista.
Miembros del PP han salido en tromba a felicitarse de haber superado todas las expectativas. Pero, en realidad, el resultado se ajusta bastante a lo previsto por las encuestas: el PP sube al quedarse el voto de CS y un poco más. En 2021 la suma del PP y CS representaba el 9,29% de los votos, y este domingo el PP ha recibido el 10,97% de las papeletas.
En marzo, la formación de Feijóo intentó sin éxito alcanzar un pacto con Ciudadanos para que no concurriera a las urnas. Considerando que CS ha mantenido un 0,72% de los votos (insuficiente para lograr escaño), se puede colegir que el PP habría subido por sí mismo alrededor de un 2,40%. En esta estimación hay que tener en cuenta también que no todo el electorado del CS tiene por qué haber emigrado al Partido Popular: puede haber optado también por el PSC o por la abstención. “Ciudadanos en Cataluña es el Partido Popular de Cataluña”, sostuvo sin embargo Feijóo el viernes, en el cierre de campaña.
Entonces, ¿por qué quintuplica la lista del aspirante popular, Alejandro Fernández, el número de diputados si el porcentaje de voto no sube en esa proporción? Por la aplicación de la ley electoral. Al ser el PP la cuarta fuerza del Parlament en lugar de la octava (como en 2021), la aplicación del sistema electoral d’hondt hace que el escaño salga más barato.
Fuentes de la dirección popular sostienen que no solo han absorbido todo el electorado de CS sino que han arañado también electorado a los socialistas. El PSC, no obstante, ha aumentado sus votos en un 5,26%, un 2,86% más que la estimación de la subida de PP más Ciudadanos. El incremento de los populares puede deberse también a nuevos votantes.
En una entrevista en TVE, Alejandro Fernández se ha vuelto a referir este lunes a la absorción de Ciudadanos. “Ayer [por este domingo] hice un llamamiento a los 22.000 catalanes que votaron a CS, que no ha obtenido representación, para que no se sientan solos”, ha dicho el candidato del PP. “Estamos convencidos de que podemos reconstruir un proyecto constitucionalista ganador como aquel que fue en su momento CS y hoy representa el PP de Cataluña”, ha agregado Fernández, que además se muestra reacio a que su partido apoye una investidura del ganador de las elecciones, el líder del PSC. “Darle a Illa nuestros votos para que luego Pedro Sánchez siga con sus acuerdos con [Carles] Puigdemont... Eso no va a ocurrir. Hasta ahora los socialistas han priorizado siempre tener a Sánchez en La Moncloa antes que buscar algún tipo de acuerdo constitucionalista”.