Murphy lo resumió con humor en la presentación del proyecto: «La idea era simple: Kim Kardashian como abogada de divorcios. Y Hulu dijo que sí de inmediato». El chiste se convirtió en manifiesto. Porque 'Todas las de la ley' no solo aprovecha la celebridad de su protagonista, sino que la inserta en una reflexión más amplia sobre el poder femenino, la visibilidad y la madurez de la cultura pop. «Crecí siempre viendo a mi abuela trabajar, a mi bisabuela trabajar», contaba Kim en la rueda de prensa de Los Ángeles. «Ellas eran las que sostenían la casa, y eso me marcó. Creo que este tipo de historias romperán el impacto de pensar que las mujeres no pueden tener una carrera poderosa o ser abogadas. Es importante tener esa representación en televisión».
En 'Todas las de la ley', Kardashian interpreta a una de las socias de un bufete de lujo en Los Ángeles especializado en divorcios de alto perfil. El punto de partida tiene algo de espejo autobiográfico: Kim, hija del abogado Robert Kardashian, creció entre códigos legales y titulares mediáticos. Su propio camino hacia el estudio del Derecho —una faceta que ha cultivado en la vida real desde hace años— añade una capa de verosimilitud a la ficción. «Siempre fui la niña que se colaba en la oficina de mi padre para mirar las fotos de los casos. Me metía en problemas por hacerlo», recordaba. «Él me desanimó de estudiar Derecho porque decía que me estresaría demasiado, pero creo que estaría orgulloso. Este papel es, de alguna forma, una manera de conectar con él».
En el rodaje, cuentan sus compañeras, Kim repasaba tarjetas para los exámenes de Derecho entre toma y toma. «Tenía los libros, el guion y el negocio en marcha al mismo tiempo», recordó Naomi Watts. «Cualquiera de esas cosas me abrumaría, pero ella lo hacía todo. Creo que es la persona más calmada que he conocido en mi vida. Su multitarea está en otro nivel». Para Watts, 'Todas las de la ley' también ha supuesto un espacio de encuentro con unas compañeras que hasta ahora nunca se habían visto en un plató. «Nunca había tenido un elenco así», explicó. «Murphy no tiene miedo de dar papeles fenomenales a mujeres de todas las edades. En este caso, todas nos apoyamos entre nosotras. Las mujeres de esta edad están haciendo muchas cosas, y es importante que se vean reflejadas en pantalla. Somos la mitad de la población: nuestras historias importan en cada etapa de la vida«.
Todos comentemos errores a lo largo de nuestra vida, pero hay otros como Kim Kardashian, que tienen que sumar la dificultad que han sido ejecutados ante los ojos de millones de personas. Como su personaje, la actriz ha tenido que enfrentarse al juicio de los demás a lo largo de su carrera, algo que le ha ayudado a crecer. «Cada persona que me ha hecho daño a lo largo del camino ha jugado un papel en ayudarme a ser fuerte y segura. Cada persona que ha sido positiva y solidaria y me ha mostrado el camino también me ha ayudado a evolucionar y crecer», asegura la actriz. Además, reconoce que hay «arrepentimientos» del pasado, pero que está «feliz de haber podido seguir varios caminos en la carrera y aprender».
Un rodaje divertido
En el set, el ambiente que describe el equipo dista del imaginario competitivo con el que a menudo se retrata el trabajo femenino en pantalla. «Nos lo pasábamos muy bien. Kim es divertida, generosa y siempre atenta», recordaba Naomi Watts. «Es una de esas personas que escucha de verdad. Se nota que quiere aprender, y eso se agradece.» Kim, por su parte, suele minimizar la épica y concentrarse en la disciplina. «Siempre he sentido que cuando te preparas y trabajas duro, las oportunidades llegan», explicó. «Me gusta el reto de hacer algo que la gente no espera de mí.»
Esa atención al detalle y al trabajo en equipo se percibe también en la forma en que Kardashian aborda el rodaje. «Siempre llegaba preparada, sabía lo que quería hacer en cada escena», contaba Watts. «Cuando la cámara se encendía, estaba concentrada, pero fuera de plano era cálida. Tiene esa calma de quien ya ha pasado por muchas cosas en público y sabe mantener el foco.»
Murphy, que lleva años explorando el poder simbólico de lo femenino —desde 'Glee' hasta 'American Crime Story'— plantea un bufete que funciona como metáfora de un mundo donde las mujeres, desde su fragilidad o su rabia, encuentran poder al hablar de lo que las hiere. «Los casos que tratamos son extremos, pero reales», explicó Kardashian. «Consultamos con abogadas de familia de verdad y usamos historias auténticas, solo que contadas desde un lugar más emocional. La idea es acompañar a las mujeres que atraviesan un momento difícil, devolverles la confianza«.
Poder y glamour
El vestuario es casi otro personaje más en la serie. Así al menos lo afirma el elenco y se puede ver en los capítulos. Los trajes no son simple artificio, sino armaduras visuales. Murphy entiende el poder de la imagen como lenguaje jurídico y emocional. En ella, el brillo no oculta la vulnerabilidad; la disciplina convierte lo superficial en un gesto de control.
La serie, más allá de su superficie de lujo y melodrama, funciona como comentario sobre la madurez del feminismo televisivo. En los años en que Ally McBeal hacía del despacho un escenario de deseo y neurosis, las abogadas de Murphy son estrategas, madres, jefas y supervivientes. El guion las muestra en plenitud, con contradicciones y poder real, alejadas de la caricatura. Kim lo resumió con una claridad poco habitual en ella: «No hay un momento perfecto para hacer algo. Solo tienes que hacerlo si lo sientes«. Naomi Watts, por su parte, lo amplía con un gesto de complicidad: «Ryan llegó en el momento perfecto. Cuando llama, simplemente dices sí. No tiene miedo de dar a las mujeres papeles con profundidad, y eso es raro. Normalmente trabajas con muchos hombres, tal vez otra mujer. Aquí es lo contrario: todas nos apoyamos».