Una española que vive en Australia explica por qué le da miedo volver a casa: «Te sientes un extraño»
Marta explica lo que le pasa cada vez que regresa a nuestro país
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Una española que vive en Australia enumera las cosas que hace allí y que jamás haría en nuestro país: «Ni aunque me paguen»>
En el vídeo, que acumula más de 224.000 reproducciones, la creadora de contenido señala que nunca se compraría un coche de más de 300.000 kilómetros: «Un coche con más de 300.000 kilómetros en España es una chatarra, no te dan nada ni en el desguace, pero esto aquí es como un coche vivido».
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Otro punto que Marta destaca es el uso de Facebook. Mientras que en España ni siquiera tenía la aplicación instalada, en Australia es fundamental para todo. «En Australia todo se hace por Facebook: se busca trabajo, se busca casa, se buscan cosas... tengo amigos que se han tenido que hacer Facebook al venir a Australia. O sea, ¿quién se hace Facebook en 2024?», se pregunta con asombro.
Planes sociales, supermercados y baños públicos
En cuanto a los planes sociales, Marta señala que, en España, la mayoría de las actividades sociales giran en torno a la comida y la bebida. «Siempre que quedo a hacer algo es para tomar unas cervezas, cenar, el aperitivo, o un café», explica. Sin embargo, según revela, en Australia es común quedar simplemente para dar unpaseo. «Yo no sé si es por el precio de las cosas o porque el sol y los horarios te llevan a otras cosas. En España si yo quedo con alguien para dar un paseo, quedo con alguien para dar un paseo al bar», añade.
Otro de los hábitos que Marta ha adoptado en Australia pero que no haría en España es lo que ella llama 'trampear en el supermercado'. Una práctica que consiste en pasar un producto caro por uno más barato en las cajas de autopago, algo que admite no la enorgullece y que jamás haría en nuestro país. «En España no me da por hacer esto», confiesa.
Por último, Marta menciona que en España nunca ha utilizado un baño público, mientras que en Australia lo hace con frecuencia. «En España uno está por la calle, se mea y entra a un bar», concluye.