Irán acude a rivales regionales para reducir el impacto de la respuesta israelí

De capital en capital, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, se ha reunido esta semana con gobiernos de países del Golfo en un intento de reducir el impacto de la respuesta israelí a su ataque con misiles de principios de mes. Los países de la región observan con cautela cómo el segundo frente de guerra en Líbano amenaza con extenderse por todo Oriente Próximo. Tel Aviv promete responder al bombardeo de Teherán, que a su vez fue una represalia a los ataques israelíes contra comandantes de Irán y sus aliados regionales -Hizbulá y Hamás- conocidos como Eje de Resistencia. El Gobierno de Netanyahu baraja varios objetivos, desde edificios de la teocracia iraní a instalaciones nucleares o industria petrolera. Las amenazas ya han hecho tambalear el precio del petróleo, mientras los principales productores se preparan para un posible golpe en el mercado mundial.

"Juntos, Irán y Arabia Saudí pueden ayudar a traer seguridad y estabilidad a la región. Se requiere un mayor nivel de voluntad política. Estoy feliz de dar los primeros pasos en un largo viaje con mi homólogo saudí", señaló Araghchi tras su visita a Riad. Este acercamiento entre los dos actores clave de la región -que retomaron contacto diplomático el año pasado tras décadas de rivalidad- podría esconder una advertencia por parte de Irán, aseguran los expertos. "Irán quiere asegurarse de que sus vecinos no faciliten un ataque de Israel y Estados Unidos en su contra", explica a EL MUNDO Ali Vaez, director de Irán del centro de estudios Crisis Group.

Medios estadounidenses aseguran que los estados del Golfo alertaron a Estados Unidos e Israel sobre el primer ataque de Irán el pasado abril, abrieron su espacio aéreo a sus aviones de guerra y compartieron información de seguimiento de sus radares. Riad ha negado que ayudara directamente en el derribo de los proyectiles, pero no se ha pronunciado sobre la asistencia a nivel de inteligencia.

"Su participación en la coalición de defensa aérea debe considerarse como una respuesta colectiva a la agresión iraní. Demostró que EEUU, Israel y los socios árabes pueden trabajar juntos para derrotar los ataques iraníes", explica a El Mundo Dana Stroul, directora de investigación del Washington Institute for Near East Policy que desempeñó hasta finales de 2023 un alto cargo de responsabilidad sobre Oriente Próximo en el Pentágono. Stroul matiza que la asistencia a Israel de los países del Golfo no significa un apoyo a las políticas de Tel Aviv. "Los países del Golfo están dejando claro ahora que no apoyan una acción ofensiva contra Irán. Temen que se amplíe hasta convertirse en una guerra regional total", describe.

Los países árabes han asegurado a Irán que se mantendrán neutrales ante la preocupación de que una escalada más amplia pueda amenazar sus instalaciones petroleras, señalaron dos fuentes a la agencia Reuters. Por su parte el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, dejó claro que "cualquier tipo de ataque militar" será respondido de forma "decisiva".

Para Vaez, la escalada entre Teherán y Tel Aviv no ha conseguido truncar el acercamiento diplomático iniciado hace un año entre Irán y Arabia Saudí, aunque remarca que queda mucho camino para considerarlos "aliados". "Ambas partes se están beneficiando de la distensión. Irán está seguro de que no abrirán un frente contra él, mientras Arabia Saudí ha logrado escapar de las tensiones entre Irán e Israel", asegura. "Arabia Saudí está intentando a toda costa no verse atrapada en este círculo vicioso. Pero la única potencia que puede poner fin a este ciclo de escalada es Estados Unidos y actualmente no tiene voluntad de hacerlo", añade.

La guerra impulsa una defensa coordinada entre Israel y países árabes

En el año 2021 el Pentágono trasladó a Israel del Comando Europeo al Comando Central, conocido como CENTCOM, encargado de coordinar los intereses de Washington en Oriente Próximo. Esta medida dio paso a una mayor cooperación militar entre Tel Aviv y los países árabes aliados de EEUU, que se ha afianzado en este último año. "Los socios árabes reconocieron el beneficio que supone para sus propias estrategias de defensa aprender de las capacidades de Israel", explica Stroul. Con la excusa de proteger su espacio aéreo los gobiernos árabes no admiten su asistencia a Tel Aviv, un apoyo que les comprometería ante sus poblaciones, que apoyan la causa palestina. Sin embargo, esta aparente neutralidad, no les exime de verse arrastrados a una guerra regional.