Las conspiraciones más locas sobre los huracanes en EEUU mientras Milton golpea Florida
La fuerza de la naturaleza se ha abatido sobre Florida, Carolina del Norte y del Sur y Georgia, causando cientos de muertes y daños valorados en decenas de miles de dólares. Más terrible, sin embargo, es la fuerza de la mentira, especialmente cuando se une a la sed de poder.
Desde que el huracán Helene asoló parte de EEUU, incluyendo áreas de los decisivos estados de Carolina del Norte y Georgia, una oleada de falsedades ha bombardeado a la opinión pública estadounidense con teorías tan demenciales como que el Gobierno de ese país fabrica huracanes para castigar a la oposición política, ha cerrado el acceso a las áreas más afectadas sólo para que quienes viven allí -que votan, supuestamente, por Donald Trump- sufran, y ha desviado las ayudas para ayudar a la inmigración ilegal, Líbano y Ucrania.
Las conspiraciones han sido creadas y divulgadas directamente por personajes como el hombre más rico del mundo, Elon Musk, la congresista republicana neonazi Marjorie Taylor Greene, y diferentes medios de comunicación trumpistas, como Fox News y Breitbart. En una clara apuesta por la estrategia de cuanto peor, mejor, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, se ha negado a convocar una reunión extraordinaria de ese órgano legislativo para aprobar la entrega de más ayudas a las zonas damnificadas.
Johnson es evangélico y habla con Dios por las noches. De hecho, según sus propias palabras, el Altísimo le ha dicho que desempeñará un papel similar al de Moisés en los textos sagrados judíos y cristianos, aunque al parecer no se ha pronunciado sobre la conveniencia de ayudar al prójimo en vísperas de elecciones. El gobernador republicano de Florida y ex candidato a la Casa Blanca, Ron DeSantis, tardó varios días en responder a las llamadas de la Casa Blanca ofreciéndole ayuda para hacer frente al huracán Milton, que llegó a la ciudad de Tampa, en ese estado, en la madrugada de este jueves.
Toda esa politización de los huracanes forma parte de la nueva dinámica política estadounidense basada en el simple adagio de que no hay que tomar prisioneros. Pero sí se puede tomar rehenes. Taylor Greene, que en 2018 dijo que los incendios forestales de California de que año habían sido creados por "láseres espaciales" financiados por los Rothschild, una familia judía que es uno de los blancos favoritos de los neonazis, colgó el jueves un tuit diciendo: "Sí, pueden controlar el tiempo. Es ridículo que alguien trate de decir que no se puede". Entretanto, Elon Musk, citando, al estilo de Donald Trump, fuentes anónimas, posteaba que un ingeniero de Space X [su empresa de cohetes y vuelos espaciales] le había enviado un menaje diciendo que FEMA, que es el equivalente en Estados Unidos de Protección Civil en España, "no sólo no está ayudando a la gente, sino bloqueando de forma activa a los ciudadanos que quieren ayudar" e incluso "embargando bienes y servicios".
El Estado, así, estaba castigando a los habitantes de las zonas rurales de Carolina del Norte, e incluso saqueándolos. La campaña de Trump rápidamente aprovechó la situación para inventarse todo tipo de abusos por parte de FEMA y otras organizaciones de ayuda. La cadena de noticias Fox News, de Rupert Murdoch, y la web Breitbart, del multimillonario Robert Mercer, insistieron en que la Casa Blanca había decidido dar 157 millones de dólares (144 millones de euros) en ayuda humanitaria a Líbano por los bombardeos de Israel, ignorando a Carolina de Norte. "Harris alardea de dar 157 millones a civiles en Líbano, mientras muchas de las víctimas de Helene siguen esperando ayuda", tituló la web el domingo.
La lista de conspiraciones es interminable. Algunas de ellas son extremadamente peligrosas para los afectados, como las que sostienen, en redes sociales, que los anuncios de evacuación son exagerados, porque su objetivo es despoblar áreas mayoritariamente republicanas en Georgia y Carolina del Norte -dos estados que pueden decidir las elecciones- para que así Kamala Harris gane. Es una idea audaz, pero también es una mentira, porque una de las ciudades más afectadas por Helene, Asherville, de 90.000 habitantes, es una de las ciudades más de izquierdas de todo Estados Unidos, hasta el punto de que ha aprobado por su cuenta el pago de reparaciones a los descendientes de los esclavos negros y se ha comprometido a cumplir los acuerdos internacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que EEUU no ha firmado. Ahora, Asherville está semidestruida.
Pero esas informaciones son muy graves porque pueden hacer que la gente no evacúe sus casas, pensando que todo es una trampa del Gobierno para que no voten... o para quedarse con sus propiedades y convertirlas en minas para la explotación de litio, el mineral con el que se hacen las baterías de los coches eléctricos, con lo que Donald Trump quería acabar hasta que el dueño del segundo mayor fabricante de esos vehículos, Elon Musk, le empezó a apoyar activamente.
Sea como sea, el huracán de falsedades no cesa, entre la pasividad -cuando no la complicidad o el apoyo directo- de las grandes empresas de internet, como Meta (Instagram, Facebook, WhatsApp), Twitter, Alphabet (Google, YouTube) y la china TikTok. Es un gran cambio en relación a hace sólo 12 años cuando, en vísperas de las elecciones, el huracán Sandy destruyó parte de la costa de New Jersey. El candidato republicano Mitt Romney apoyó los esfuerzos del Gobierno de Barack Obama por devolver la zona a la normalidad, y el gobernador republicano -y futuro candidato a la presidencia- del estado, Chris Christie, salió en televisión abrazando al presidente demócrata. Eso sí, ya entonces hubo algunos que atacaron ferozmente a Christie. "El presidente ha cumplido lo que prometió, y yo tengo un trabajo que hacer, no estoy aquí para hacer política", dijo Christie cuando le criticaron por ello. Sólo han pasado 12 años. Pero esas frases, hoy, parece que solo podrían aparecer en una obra de ficción al estilo de El Ala Oeste. En 2024, los huracanes ganan elecciones. Cuantos más muertos, mejor.