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A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024, Putin ha presentado la guerra como parte de una batalla existencial con Occidente, diciendo que defenderá la civilización «sagrada» de Rusia de lo que describe como la decadencia de Occidente.
La agencia estatal de noticias TASS informó el miércoles que el proyecto de ley había sido preparado por el Ministerio del Interior y obligaría a todos los extranjeros que ingresen a Rusia a firmar un acuerdo que esencialmente restringe lo que pueden decir en público.
A un extranjero que llegue a Rusia se le prohibirá «interferir en las actividades de las autoridades públicas de la Federación Rusa, desacreditando en cualquier forma la política estatal interior y exterior de la Federación Rusa, las autoridades públicas y sus funcionarios», dijo TASS.
El acuerdo propuesto incluiría cláusulas sobre moralidad, familia, «propaganda sobre relaciones sexuales no tradicionales» e historia. En particular, se prohibiría a los extranjeros «distorsionar la verdad histórica sobre la hazaña del pueblo soviético en la defensa de la Patria y su contribución a la victoria sobre el fascismo».
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Se estima que la Unión Soviética perdió al menos 27 millones de personas en la Segunda Guerra Mundial y finalmente hizo retroceder a las fuerzas nazis a Berlín. Luego, gobiernos leales a Moscú tomaron el poder en amplias zonas de Europa del Este.
No quedó claro en los informes de los medios rusos a qué extranjeros se aplicaría el proyecto de ley, si se convierte en ley, ni cuál sería el castigo por no adherirse al «acuerdo» que los extranjeros tendrían que firmar al entrar a Rusia.
El Kremlin se negó a hacer comentarios sobre la iniciativa.