Vox presiona al PP votando en contra de los presupuestos del Govern de Prohens en su tramitación parlamentaria

Fiel a su política de envites, órdagos y golpes de efecto parlamentarios, Vox ha vuelto a trabar los presupuestos autonómicos del Govern del PP en Baleares. Un escenario similar al que ya se produjo el año pasado en la antesala de su aprobación, siendo en aquella ocasión finalmente desatascados y aprobados con el voto favorable de ambos partidos, que suman mayoría de escaños en la Cámara.

El partido de Santiago Abascal ha votado en contra de las cuentas de 2025 presentadas por el Ejecutivo que preside Marga Prohens en su segundo año de mandato.

Vox lo ha hecho en el seno de la ponencia parlamentaria previa a su votación plenaria. Es el grupo de trabajo que se constituye en el Parlament antes de elevar una ley a pleno, y en el que se debaten e incorporan las correspondientes enmiendas.

No es, por tanto, un bloqueo definitivo a la ley presupuestaria. Pero sí un palo en la rueda del funcionamiento parlamentario, que tensa la situación, como poco de cara a la galería. Y que previsiblemente forzará al PP a redoblar sus esfuerzos en la negociación para allanar sus presupuestos.

Esta negativa se produce además horas después de que el grupo parlamentario de Vox en las Islas, liderado por Manuela Cañadas (del sector oficialista, ya que el grupo está fracturado en dos facciones), se haya enzarzado en el debate parlamentario con la propia Prohens en un severo cruce de declaraciones.

Cañadas ha llegado a amenazar al gobierno regional con no apoyar sus cuentas, acusando al PP de "soberbia" y de actuar como si tuviera mayoría absoluta (el PP controla 26 de 59 escaños, Vox conserva 6). La presidenta balear le ha replicado que no admitirá "chantajes".

La chispa

El detonante de esta escalada en la tensión entre ambas formaciones de derechas -que en 2023 sellaron una alianza programática para investir presidenta a Prohens que Vox rompió el pasado verano- se produjo la semana pasada.

Fue a raíz de un error cometido por el PP en una votación sobre una ley autonómica para simplificar los trámites administrativos.

Vox había introducido en su batería de enmiendas a esa ley algunas medidas encaminadas a eliminar el catalán en la función pública y rebajar su importancia en la ley educativa. El PP se oponía a esas enmiendas, pero sus 25 diputados votaron a favor tras un lapsus de su portavoz adjunta, que marcaba el signo de la votación para el resto de diputados.

Nadie en la bancada popular se percató de ese error involuntario y las enmiendas se aprobaron, provocando un gran revuelo y el escarnio de la oposición que lidera el PSOE.

El PP reclamó a Vox que permitiera repetir la votación, apelando al 'fair play' parlamentario y al acuerdo que ambas formaciones habían sellado sobre aquella ley. Estaba pactado el rechazo a esas enmiendas.

Sin embargo, Vox se negó y las enmiendas quedaron incorporadas. El Govern del PP anunció de inmediato que dictará un decreto para suprimir esas enmiendas erróneamente incorporadas, lo que convertirá en estéril aquella votación errónea.

Este episodio ha enrarecido las relaciones parlamentarias entre PP y Vox en los últimos días, en las fechas clave antes de la aprobación presupuestaria, que se halla en su recta final.

Aunque ambos partidos no mantienen ninguna alianza en el archipiélago, mantienen una confluencia de posiciones políticas en aspectos generales y conforman el bloque de derechas frente al resto del Parlament, controlado por grupos de izquierdas que gobernaron durante las dos pasadas legislaturas.

Los dos partidos ya habían encarrilado la aprobación de los presupuestos, con concesiones puntuales del PP a la formación derechista y con una circunstancia de fondo en los contrapesos políticos de ambos grupos: el PP salvó la presidencia del Parlament en favor de Vox pese a la imputación de Gabriel Le Senne por un presunto delito de odio.

En este escenario, Vox ha decidido torpedear momentánea y reversiblemente las cuentas y votar en contra en el seno de la ponencia previa a su aprobación.

Los presupuestos deberán votarse dentro de 15 días. Ese es el día de la verdad. En las reuniones de la Comisión previstas a partir del martes que viene se deberán votar primero los votos particulares de los 'populares' para salvar el proyecto de ley de presupuestos, lo que permitirá continuar con la tramitación parlamentaria y salvar el escollo levantado este martes.

Ocurra lo que ocurra de aquí a fin de año, con este voto en contra de Vox la incertidumbre vuelve a planear sobre las cuentas anuales, tensando la cuerda y las negociaciones que ambos grupos mantienen entre bambalinas.