La directora del CNIO asegura que es ella la víctima de una «campaña de acoso» por ser una mujer con poder
Blasco está en el ojo del huracán desde que las informaciones publicadas por este diario desvelaran anomalías en la gestión de esta institución dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, tales como el gasto millonario en actividades artísticas ajenas al propósito original del centro, los viajes de su personal o las irregularidades detectadas en su contrato.
En una rueda de prensa convocada para aclarar las «últimas noticias publicadas acerca de su gestión», Blasco dijo ante los medios de comunicación ser víctima de los «bulos» y una «campaña de descrédito» para evitar explicar los extremos de esas informaciones. No aclaró, por ejemplo, qué ocurrió con los 90.000 euros de más que cobró durante tres años de forma irregular, según la información que aparece en la Auditoría de Cuentas Anuales que la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) realizó al organismo público en 2019). «Mi contrato es legal, aprobado por el patronato», zanjó.
Sí se explayó más en su respuesta al ser preguntada por las denuncias de distinto personal del centro por presuntos casos de acoso laboral desde el año 2013 hasta el actual de 2025. Según la documentación a la que tuvo acceso ABC, en ese periodo hubo al menos diez denuncias por situaciones de supuesto acoso laboral en distintos extremos y en diferentes versiones. Las denuncias formuladas en algunos casos hablan de «trato vejatorio, racista, ofensivo y acoso laboral y psicológico».
Blasco señaló que esas son acusaciones de «extrema gravedad» y aseguró: «Desde luego no he acosado en mi vida a nadie». Sin embargo, admitió haber recibido una denuncia recientemente precisamente por acoso laboral, pero que se dirimió como que «no había acoso ni laboral ni moral y no se podía determinar abuso de autoridad», y dijo no tener conocimiento de ninguna otra.
En este punto, denunció que es ella quien está siendo víctima de una «campaña de acoso» y «bulling» por el simple hecho de ser una mujer en un puesto directivo, aunque no ha llegado a aclarar cuál es el origen. «Estoy siendo víctima de una campaña de acoso que tiene todos los ingredientes, como denigrar mi imagen, la de mi familia, no destacar ninguno de mis logros científicos o mis logros acerca de CNIO», subrayó.