Abren juicio oral al presidente del Parlamento balear por un delito de odio y su cargo queda en el aire

El juez solicita también al acusado una fianza de 40.000 euros para asegurar las responsabilidades pecuniarias que pudieran imponerse durante el procedimiento. Según el auto, el órgano competente para conocer y juzgar dicha causa será un Juzgado de lo Penal. La apertura del juicio oral a Le Senne deja en el aire su cargo al frente del Parlamento.

La Audiencia Provincial todavía no ha resuelto el recurso contra el auto en el que se acordó continuar las diligencias previas por los trámites de la fase intermedia del procedimiento abreviado. El magistrado señaló que había indicios suficientes para considerar que los hechos investigados podrían ser constitutivos de un delito de odio del que podía ser responsable penal el presidente del Parlamento balear.

El juez pronunció en contra de la opinión del fiscal, que había pedido el sobreseimiento de la causa contra Le Senne (Vox) al considerar que «no quedó acreditado que la rotura de la fotografía obedeciera a una intención o motivación de lesionar la dignidad y la memoria de las personas representadas en la misma o de sus familias, ya fuera en su consideración de víctimas del franquismo o por los posicionamientos políticos que representaban».

El pasado 18 de junio la diputada socialista Mercedes Garrido se negó a retirar la fotografía de las Rojas del Molinar que lucía pegada en la tapa de su ordenador durante un tenso debate en el que se abordaba precisamente la derogación de la Ley de Memoria Democrática.

El presidente de la Cámara expulsó posteriormente a Garrido y a la diputada Pilar Costa, ambas miembros de la Mesa, después de darles la oportunidad de cambiarse de ropa o de ocupar algunos de los escaños si querían seguir luciendo las prendas. El criterio de Le Senne es que vulneraban la neutralidad de la Mesa, no así las camisetas que lucían casi la totalidad de diputados socialistas desde sus escaños.

Le Senne, que declaró el pasado mes de septiembre ante un juez por estos hechos, sostiene que su actuación estaba enmarcada dentro de la intención de dirigir el debate y de mantener el orden y el decoro del parlamento, pero «no quería humillar o menospreciar a nadie».