Una soltera de 'First Dates' pilla a su cita en un renuncio y destapa su engaño: «Huele un poco a mentira»>

Pero esa persona no era Lucas (23), un barcelonés que acudió al programa con el deseo de encontrar a la mujer con la que mantener una relación duradera como la de sus padres. Ruth supo en cuanto vio entrar a su cita en el restaurante del 'dating show' de Cuatro que había pocas probabilidades que le acabara dando un 'sí' al final de la velada.

Físicamente Lucas no se ajustaba a su prototipo. Y en gustos y aficiones, como comprobaron a lo largo de la cena, tampoco terminaron de cuadrar. Para empezar ella es muy futbolera y él prefiere el tenis. «Ahí me has fallado», bromeó Ruth al saber que a su cita el balompié, ni fu ni fa. Luego intentaron encontrar puntos en común adentrándose en el terreno aparentemente inofensivo de los gustos musicales. En cambio, eso todavía los separó más: una es de rap, y el otro de pop-rock español, un género que Ruth solo escucha cuando va con su madre porque la que ella pone le da dolor de cabeza.

Ruth no termina de creerse lo que le cuenta Lucas

En un intento de conectar con su pretendienta, Lucas comentó que le mola oír rap de vez en cuando con el objetivo de analizar la letra. Sin embargo, cuando Ruth le preguntó por nombres de artistas, no supo decirle ninguno. «Yo creo que huele un poco a mentira», sostuvo la chica ante las cámaras del programa.

Por si quedaba alguna duda de la decisión de Ruth al final de la noche, ella la terminó de confirmar cuando reveló que le habían regalado una máquina de tatuajes y Lucas dejó caer que estaba buscando tatuador. «No lo voy a tatuar porque no lo voy a volver a ver, la verdad», reafirmó en los totales.

Lucas y Ruth decidieron no seguir conociéndose porque no habían encontrado conexión entre ellos Cuatro

En ese punto, la joven ya tenía la mosca detrás de la oreja y se pasó el resto de la velada sospechando de lo que Lucas le contaba. Le resultó raro que no hubiera tenido ninguna una pareja y tampoco se creyó que no vistiera tan «pijito» en su vida diaria, sino que se había maqueado para la ocasión. Y una vez más, lo tachó de embustero. «Mentira. Si no te arreglas para tu vida diaria, no tienes una camisa. Eso es de cajón».

A la hora de la decisión final, la suya estaba clara, solo quedaba conocer la de él. Pero al igual que Ruth, Lucas sintió la falta de conexión entre ellos. Eran muy distintos como para que su hipotética relación amorosa prosperara.