Almeida presenta su receta contra el "tasazo" de residuos de Pedro Sánchez: nueva bajada del IBI para un recibo de 140 euros de media
Con rostro serio, escoltado por la vicealcaldesa, Inma Sanz, y por la delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo, José Luis Martínez-Almeida anunció tras la Junta de Gobierno su receta para la aplicación en 2025 de la nueva tasa de residuos. "El tasazo", "el sablazo", "el sanchazo", como insisten en calificarlo desde Cibeles. Sea cual sea su nombre, Madrid, como el resto de los Ayuntamientos de España, contará a partir del próximo año con un impuesto exigido por el Gobierno central, en base a una directiva europea. Como respuesta a esos 256 millones que se recaudarán por este concepto, el Ejecutivo municipal rebajará el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del 0,442% al 0.428%, lo que supondrá un ahorro de 31 millones de euros.
A Cibeles, como a tantos otros Consistorios de España de más de 5.000 habitantes, le ha costado lo suyo encontrar la forma de aplicar esa tasa de basuras, que fue retirada durante el mandato de Ana Botella, hace ya casi década. El guion madrileño se basará en el valor catastral de las viviendas (un 81% del recibo) y una parte variable (19%) con la basura que se genera. Para este segundo concepto, la concejalía de Medio Ambiente y el Parque Tecnológico de Valdemingómez han realizado un estudio en cada barrio sobre las basuras que se han recogido.
Así, el recibo medio estimado será de 140 euros. Eso, lógicamente, quiere decir que habrá quienes paguen cantidades muy superiores a esa (en función de su domicilio y del barrio) y que haya otros por debajo de esa cantidad. "Desgraciadamente, tenemos que aprobar el "sanchazo", la tasa de residuos. Estamos en contra, pero una ley estatal impuesta por Pedro Sánchez nos obliga. El importe de la tasa coincide con las medidas de ahorro adoptadas por este equipo de Gobierno, por lo que se compensará prácticamente la tasa impuesta por el Gobierno.", señalaba Almeida, antes de cargar de nuevo contra el origen del impuesto. "Es una tasa injusta y genera inseguridad en los ayuntamientos".
Hoy se ha iniciado la tramitación administrativa para ejecutar esa nueva tasa que, según insistía Almeida desde el atril, quedaría diluida "prácticamente toda" por esa rebaja fiscal del IBI, que se seguiría aproximando al tipo mínimo legal. En ese sentido, ponían sobre la mesa la cifra de 1.027 millones ahorrados entre 2019 y 2025, donde se ha pasado del 0,510% de tipo al 0,428%, y que Madrid es la tercera ciudad del país con el tipo más bajo, sólo por detrás de Santander y Zaragoza.
Esa ley que los ayuntamientos miran con recelo establece que la nueva tasa de basuras debe cubrir el importe total que se gasta en la recogida y gestión de residuos. Y en el caso concreto del de Madrid ha optado por sumar el importe total de los contratos, aunque sin incluir el gasto de la limpieza viaria, para no repercutir "de más" al ciudadano.
En el Ayuntamiento de la capital también temen que este impuesto pueda influir en el aumento de los precios del alquiler, ya que los arrendadores podrían hacer que este pago lo asumieran los arrendatarios, con un incremento de la renta. "No hay mayor tensión que tener que abonar esta tasa. Que no nos vuelvan a hablar de tensionar los precios", protestaba el regidor.
Esta nueva tasa se podrá fraccionar voluntariamente de la misma forma que el IBI a partir de 2026, aunque el de 2025, el que está a la vuelta de la esquina, será en un único pago. Al tratarse de un impuesto, mantiene también las bonificaciones para familias numerosas y colectivos vulnerables.