Así es la montaña más alta de América del Norte rebautizada por Trump

El Denali, que en la lengua de los koyukón -nación indígena que habla una lengua atabascana- significa 'El Grande', es la estrella del Parque Nacional y Reserva Denali, en la cordillera de Alaska, a poco más de 600 km del círculo polar ártico, un paisaje que abarca vastas tundras, picos y cumbres nevadas que a menudo se difuminan entre las nubes. Su importancia no solo radica en su impresionante altura, sino también en su significado cultural y espiritual para los pueblos originarios de Alaska, quienes lo han venerado durante siglos.

La cumbre fue bautizada Mount McKinley en 1917 en honor al 25º presidente de los Estados Unidos, William McKinley (Niles, Ohio, 1843-Búfalo, Nueva York, 1901). En 1896, cuando se difundió la noticia de que el republicano McKinley había ganado la elección, un buscador de oro que estaba explorando la cordillera opinó que el pico más alto del país debía recibir el nombre del nuevo presidente, y esa propuesta se convirtió en una realidad en 1917. El presidente fue asesinado en el primer año de su segundo mandato, en 1901, nunca visitó Alaska ni tuvo una conexión significativa con el estado o la montaña.

428 / 5.000 Las nubes oscurecen parcialmente el pico de Denali, visto desde el interior del Parque Nacional Denali Patrick T. FALLON / AFP

Más allá del debate sobre su nombre, el Monte Denali sigue siendo el epicentro de una de las reservas naturales más impresionantes del mundo. El Parque Nacional y Reserva Denali -un territorio salvaje de casi 25.000 kilómetros cuadrados dividido en dos por una carretera- es un refugio para la vida silvestre y un destino turístico anhelado por infinidad de senderistas, aventureros o amantes de la naturaleza en el mundo.

El pico en sí mismo no es uno de los más altos del mundo, no es uno 8.000 como los del Himalaya, pero el desnivel que hay que superar (unos 4.000 m desde el campo base) y las bajas temperaturas, dada su cercanía al círculo polar ártico, hacen del monte uno de los más complicados de ascender. Quizá por eso ha cautivado a los alpinistas durante generaciones.

Según la Compañía de Guías del Valle de Benasque, que organiza expediciones desde España, «presenta problemas de aclimatación comparables a un 'ochomil' del Himalaya debido a la baja presión barométrica por su cercanía con el Polo. Es una montaña técnica y muy fría, para la que hay que estar muy fuerte física y mentalmente, además de dominar las maniobras de cuerdas y fuertes pendientes de hielo y nieve».

Españoles en el Denali - McKinley

En 1906, Frederick A. Cook se autoproclamó como el primer ser humano en hacer cumbre, y quiso demostrarlo con una foto que fue discutida durante décadas. Su relato se considera ahora falso. La primera ascensión, en 1913, la firmó el misionero Hudson Stuck, acompañado por un pequeño grupo de cuatro alpinistas.

En 1971 llegó a la cima un equipo de la sección castellana del Grupo de Alta Montaña Español. El grupo de asalto a la cumbre estaba formado por Carlos Soria -quien a los 86 años (los cumple el 5 de febrero) está empeñado en volver a escalar el Manaslu (8.163 m)-, Salvador Rivas, Carlos Muñoz-Repiso y Luis Durand. En la expedición figuraba también el geólogo y alpinista Jerónimo López. En el verano de 2012 también lo subió un miembro del Grupo de Alta Montaña de Peñalara.

«Mis recuerdos de aquella montaña son maravillosos. Era la primera vez que íbamos a una grandísima montaña. La aventura fue fantástica y el viaje también. Recuerdo que la gente del parque nos hizo llevar raquetas de nieve y esquís, y los utilizamos muy bien, casi solos allí. Fuimos en una avioneta hasta el campo base. Era una montaña muy especial, en un sitio que en aquella época no se hacía de noche. Al final nos hizo muy mal tiempo y tuvimos que esperar a que vinieran a recogernos con la avioneta, e incluso pasamos un poco de hambre«, afirma Carlos Soria.

En 2014 otro español, Kilian Jornet necesitó 11 horas y 40 minutos para subir y bajar hasta los 6.194 metros por la ruta West Buttress, un récord entonces. En 2023, el estadounidense Jack Kuenzle realizó el recorrido de ascenso y descenso más rápido conocido al subir y bajar en 10 horas y 14 minutos.

Si nos quedamos en el terreno del turismo asequible, la mayoría de los visitantes llegan entre mediados de mayo y principios de septiembre, cuando las temperaturas son más benignas y los servicios turísticos están activos. El parque ofrece una variedad de experiencias, desde recorridos en autobuses con guía hasta caminatas por senderos y campamentos en lugares emblemáticos como Wonder Lake. Desde allí, en días despejados, hay una vista espectacular de Denali reflejado en sus aguas cristalinas, estampa recurrente en las viejas postales o en el nuevo Instagram.

El acceso al parque nacional (tiene esa protección desde 1917 y el de reserva nacional desde 1980) está regulado para preservar su ecosistema único. Solo los primeros 15 kilómetros de la carretera del parque están abiertos a vehículos privados, lo que hace que los autobuses turísticos sean la mejor manera de explorar este vasto paisaje. Actualmente, debido a mejoras en la carretera, los visitantes solo pueden llegar hasta el kilómetro 43, pero los servicios de transporte y las excursiones continúan funcionando. La Denali Park Road tiene 92 millas de largo (148 km).

La mayoría de los visitantes vienen a ver la silueta de la montaña, claro, pero también los 'cinco grandes' de Alaska: osos, alces, caribúes, lobos y muflones u ovejas de Dall. Los osos pardos se ven principalmente en la tundra abierta, mientras que los osos negros habitan en las zonas boscosas del parque. En la carretera del parque suelen verse los pardos. Denali es uno de los mejores lugares del mundo para ver lobos en libertad, aunque nunca se sabe dónde ni cuándo. Es más fácil encontrarse con alces, caribúes y muflones son. Hay además cerca de 40 especies de mamíferos y 130 de aves.