Vendidas por más de 8.000 euros las botas de montar de la Princesa Margarita>

Este objeto, tan querido por la Princesa Margarita, que, al igual que su hermana, la Reina Isabel II, era una gran amazona desde pequeña, estaba incluido en un lote subastado el pasado martes 9 de abril, en Londres. La casa de subastas Dreweatts ha comunicado el gran éxito de la venta de la colección privada de Serena Armstrong-Jones, condesa de Snowdon, la aristócrata que, durante años, estuvo casada con el hijo de la Princesa Margarita de Inglaterra. Según Dreweatts, el lote recibió ofertas de todo le mundo, alcanzando un valor total de 270.000 libras, al cambio más de 315.000 euros, duplicando el valor medio que se había establecido en 94.000 libras (casi 110.000 euros).

Las botas de montar a caballo de la Princesa Margarita que han sido vendidas por más de 8.000 euros. Instagram @dreweatts1759

Entre los objetos subastados, se encontraban las botas de montar a caballo, de cuero marrón y hechas a medida para la Princesa Margarita, por el fabricante de botas ecuestres Maxwell. Las botas, que llevaban estampado el nombre de la Princesa, formaron parte de un lote que incluyó fustes, tiradores de botas y estuches. Su valor inicial se estimó en 300-500 libras y finalmente se vendieron por 6.930 libras.

Las dos hermanas cabalgando sus respectivos caballos por la orilla del mar. Gtres

Tanto la Reina Isabel, como su hermana, eran grandes amantes de los caballos. Aprendieron a montar a los tres años, y con el tiempo se convirtieron en criadoras y propietarias de caballos. Las hermanas compartían esta afición que también cautivó a otros miembros de la casa real británica como a la Princesa Ana que llegó a acudir a las Olimpiadas de Montreal como parte del equipo de equitación del Reino Unido.

Además de las botas de montar a caballo, la subasta incluyó otros objetos que pertenecieron a la Princesa Margarita, como una cortina bordada a mano por el Gremio de Bordadores de Nueva Gales del Sur en 1975 o un boceto de una antigua silla de madera encargada en 1.296 por el Rey Eduardo I y que hasta 1997 estuvo en la Abadía de Westminster. Otros objetos que fueron subastados en el lote fueron esculturas, pinturas, una mesa de escritura victoriana o una alfombra real.