El manoseado aforismo «será o no será»>
Hace ya algunos años —el tiempo no corre, pasa volando— el colega, paisano, amigo y sabio sentenció en una conversación entre periodistas, aunque puede que fuese más apropiado decir que era un monólogo: «En periodismo nada se crea ni se destruye, simplemente se copia». No le quitaré la razón, porque a la vista de tantas cosas vistas, leídas u oídas, hay que dársela de todas, todas. En este país se copia mucho, se cita poco o nada al autor original, y así hasta se hace una tesis doctoral que una amodorrada universidad española la dar por buena con un cum laude por ser vos quien sois.
En este tiempo de prisas y tuits, los textos sincopados —poco más extensos que un titular de periódico— gozan de un mayor nivel de lectura que los largos comentarios y extensos artículos. Además, eso de la comprensión lectora tampoco es déficit ni asunto exclusivo de los jóvenes en edad escolar. Véanse al efecto las secciones de dimes y diretes que parecen cada vez más en más medios, si bien son muchos los que las consideran insustancial chafardeo.
En una de esas secciones de periódico impreso —véase el Vaivén del diario Levante, del sábado 27 de enero— se desliza un apunte que me induce al comentario con propósito esclarecedor. Su redactor, pudiera ser que creyendo conocer la obra y pensamiento de Joan Fuster, dice que es «original» del suecano este aforismo: «El País Valencià será d'esquerres o no será». Cierto que así lo escribió y repitió en más de una ocasión el que fuese el más destacado apóstol del catalanismo por estas tierras, pero que no dejó de ser una apropiación y readaptación a su particular conveniencia de un pensamiento que tiene su plasmación epigráfica en la abadía de Montserrat.
En no pocas ocasiones acudió Joan Fuster a Montserrat para recibir aliento y alimento para reafirmar su fe en los países catalanes, por más que ya la tuviese suficientemente acrisolada y bien remunerada. La tal abadía, entre otras muchas más iniciativas por expandir el catalanismo, editaba la revista Serra d'Or, en cuyas páginas colaboró con asiduidad. En uno de sus muros debió leer la frase: «Catalunya serà cristiana o no será», labrada al pie de un bajorrelieve en el que aparecen cinceladas las imágenes de los mártires de Montserrat, y el suecano la hizo suya. Tan suya que ha convencido a no pocos de que era un aforismo original de él, burlándole la autoría a quien en verdad la alumbró, el obispo y escritor en catalán Josep Torras i Bagés.
A Fuster se le puede reconocer haberla popularizado por lo que tiene (la frase, más que él) de fácil recordación. Estos pasados días el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, la ha tomado prestada y ha dicho que «la Comunitat Valenciana será turística o no será». Porque le venía como pelota al pie estando como estaba en la Feria Internacional del Turismo, Fitur, promocionando nuestra tierra.
Y la frase, aforismo o sentencia, ya bien manida a estas alturas, también termina siendo usada en su cuenta de Twitter, eso sí de modo que parece muy forzado, por una diputada de Compromis, Mónica Álvaro, que escribe a propósito de la desvergonzada pretensión de algunas compañías aéreas de que los viajeros también paguen por el equipaje de mano: «La maleta de mano será gratis o no será». Me temo que habrá que pagar por la maleta, aunque la llevemos de bandolera.
Y ya puestos a manosear el será o no será, tan pronto como alguno de los tropecientos asesores que Pedro Sánchez tiene a su vera, repare en la versatilidad del aforismo no original de Fuster, mucho me temo que la veremos readaptada y repetida cual mantra de obligada repetición por parte del coro de la sección femenina: Pilar Alegría, Esther Peña, María Jesús Montero y demás portavoces de la Moncloa o Ferraz, a cuál de ellas más entusiasta del presidente del Gobierno y secretario general socialista: «El PSOE será sanchista o no será».
Que se lo comenten a Emiliano García Page que puede que ya esté haciéndole compañía a Nicolás Redondo Terreros en el forzado exilio al que éste ya ha sido condenado por su nulo entusiasmo pedrosanchista. Y, hagan lo que hagan y digan lo que digan en Ferraz y La Moncloa, que siempre sea contando con el permiso de Puigdemont que es quien, hoy por hoy, manda y decide en el Gobierno de España y el grupo socialista.
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