La alternativa para la depresión cuando todo falla>

El trastorno depresivo mayor afecta a casi 40 millones de personas de todas las edades en Europa y es una de las principales causas de discapacidad. Spravato, el nuevo antidepresivo de acción rápida es un derivado de la ketamina, un potente anestésico que se administra en forma de aerosol por la nariz. Su aprobación y financiación en España fue la primera buena noticia en tres décadas para las personas que sufren depresión.

Según la OMS, la depresión se convertirá en la enfermedad más importante en Europa y en todo el mundo en 2030. «A esto hay que añadir que el trastorno depresivo mayor suele ser recurrente en el 75-80% de los pacientes y se vuelve crónico (dura 2 años o más) en el 15 al 20% de estas personas», señala Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid.

Existen terapias eficaces, como la terapia electroconvulsiva, más compleja y que conlleva algún riesgo, pero las otras alternativas son menos eficaces, apenas en un 17%, reconoce Ramos- Quiroga.

«Estamos hablando de una respuesta de más del 60%», subraya Ramos-Quiroga. Y no se puede olvidar, añade, que se logra una «remisión de la enfermedad», es decir, «no tener casi ningún síntoma. Y eso sucede en más del 50% de las personas».

La vía intranasal representa un gran potencial por su rapidez de acción, reducción de efectos secundarios sistémicos y autonomía para el paciente. «Está diseñado para que el paciente se lo pueda autoadministrar bajo supervisión sanitaria». Destaca Ramos-Quiroga que «es mucho más amable, ya que es un dispositivo similar al que se utiliza para la rinitis».

Además, la administración hospitalaria evita que se haga un abuso del medicamento, al no poder adquirirse en la farmacia. Así, agrega, «se garantiza la adherencia al tratamiento».

Respuesta inmediata

Otro de los aspectos positivos es la rapidez en la respuesta. Al contrario de las otras terapias, donde se precisan semanas para ver sus efectos, «con esketamina la respuesta es muy rápida ya que es eficaz a partir de las 24 primeras horas, reduciendo los síntomas depresivos en el día 28 y el riesgo de recaídas, y con un perfil de tolerabilidad favorable. Así, en la primera semana ya se ven cambios muy significativos«.

Por último, se trata de un medicamento seguro, muy limpio y muy agradecido para el paciente, ya que sus efectos secundarios, por el mecanismo de acción que tiene la molécula, son bastante transitorios.

Nuestra experiencia, asegura Ramos-Quiroga, es la de un tratamiento de inducción de 1 mes, seguido de 6 meses de terapia de mantenimiento. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que la terapia es segura durante al menos tres años, en los casos en los que sea necesario.

Las personas con depresión resistente, advierte Díaz Marsá, presentan, «un riesgo mayor de suicidio, 20 veces mayor que el resto de la población».

En este escenario esketamina aporta una solución, señala Ramos-Quiroga. «Sabemos que el 90% de personas que se suicidan tienen problemas de salud mental y de estos, la mitad tienen una depresión. Es decir, de las casi 4.000 personas que se suicidan al año, prácticamente 1.800 tenían depresión. Y si tenemos un fármaco rápido y eficaz, se podría manejar mejor esa mortalidad por suicidio«.

Limitaciones a su implantación

Uno de los retos es el acceso a los servicios especializados en psiquiatría. Ramos-Quiroga cree que la salud digital puede ser de gran ayuda ya que puede favorecer que las personas tengan un acceso más ágil y más rápido.

En este sentido, el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), Víctor Pérez Sola, considera que «la única solución para cubrir necesidades médicas es invertir en investigación. Con el objetivo, sobre todo, de que estos avances lleguen a las personas. La depresión es una de las primeras causas de discapacidad en el mundo aunque contamos con tratamientos biológicos y psicológicos eficaces«.

Concluye el doctor Ramos-Quiroga que esta terapia supone un cambio de paradigma en el abordaje de las depresiones más graves, pero cree que ha habido ciertas limitaciones en su implantación en nuestro país. «En España se ha puesto como tercera línea, después del fracaso de tres fármacos y, bajo nuestro punto de vista, es totalmente revisable y sería posible usarlo antes de esa situación».

No hay que olvidar que uno de cada tres pacientes no responde al tratamiento con antidepresivos convencionales.