Piensa como Hannah Arendt y entenderás el mundo de hoy: "Comencé a leer sus libros casi en secreto"

A principios de 1933, una Alemania asolada por la violencia nazi le entregó todo el poder a Adolf Hitler y empezaron las persecuciones de los disidentes políticos y los judíos. Hannah Arendt y su marido Günther Anders compartían ambas características, pero, lejos de arredrarse, convirtieron su domicilio en Berlín en un piso franco para toda clase de perseguidos. Un día los nazis detuvieron a Arendt y a su madre, Martha Beerwald cruzando Alexanderplatz. Cuando, durante el interrogatorio, le preguntaron por las actividades de su hija, Martha contestó: "No, no sé lo que ha hecho, pero sea lo que